El cónclave que la OPEP+ celebró esta semana cumplió los pronósticos, confirmando por enésima vez la continuidad del candado que el cártel ha puesto a la producción de petróleo. El anuncio coincide con un recrudecimiento de la violencia en varios enclaves importantes para el suministro, una combinación de factores que ha llevado a Bank of America (BofA) a dibujar un escenario con un barril a 95 dólares.
El pasado miércoles y por videoconferencia, la OPEP+, formada por la Organización de Países Exportadores de Petróleo y su ‘círculo exterior’, liderado por Rusia, reunió a su Comité Ministerial Conjunto de Seguimiento (JMMC). La conclusión del evento fue la que todos temían y nadie descartaba: mantener los recortes a la producción del hidrocarburo hasta que su precio alcance los máximos del pasado mes de octubre.
La OPEP+ destacó la «alta conformidad» de los participantes con la Declaración de Cooperación (DoC), añadiendo que continuará monitoreando la producción de acuerdo con lo pactado en junio de 2023, cuando se comprometieron a ajustar el nivel de oferta de petróleo a 40,46 millones de barriles por día (mb/d) desde el 1 de enero de 2024 y hasta el 31 de diciembre de 2024, así como los ajustes de producción voluntarios adicionales anunciados por algunos países.
«los bajos inventarios en todo el complejo petrolero, los recortes de producción de la OPEP+, las tensiones geopolíticas y las sólidas cifras de crecimiento económico han invertido la tendencia de los precios»
Francisco Blanch, responsable global de materias primas y derivados de Bank of America (BofA)
En este sentido, los ministros del cártel acogieron con satisfacción el compromiso de Irak y Kazajistán de lograr la plena conformidad y compensar la sobreproducción. Asimismo, expresaron su satisfacción con el anuncio de la Federación de Rusia de que sus ajustes voluntarios en el segundo trimestre de 2024 «se basarán en la producción en lugar de las exportaciones».
Por otro lado, los países participantes con volúmenes pendientes de sobreproducción para los meses de enero, febrero y marzo de 2024 presentarán sus planes de compensación detallados a la secretaría de la OPEP antes del 30 de abril de 2024.
De este modo, el Comité subrayó que continuará evaluando de cerca las condiciones del mercado y destacó la disposición de los países «a tomar medidas adicionales en cualquier momento» aprovechando la fuerte cohesión entre la OPEP y los países productores ajenos a esta organización.
EL HIPERSENSIBLE PRECIO DEL PETRÓLEO ACUSA LA COMPLICADA GEOPOLÍTICA
Mientras los representantes de la OPEP+ parlamentaban en remoto, el precio del barril de petróleo Brent, de referencia para el Viejo Continente, escalaba hasta los 89,88 dólares desde los 88,92 dólares del cierre del martes, su mayor precio desde el 30 de octubre de 2023. Por su parte, el West Texas Intermediate (WTI), de referencia para Estados Unidos, se encarecía hasta los 86,10 dólares, su mayor precio también desde finales de octubre del año pasado. Y aquello era solo el principio.
Al cierre de esta edición, los precios del barril de petróleo Brent sobrepasaban los 91 dólares por barril, acumulando una subida del 18% en lo que va de año, mientras el WTI se incrementaba por encima de los 87. Esto significa malas noticias en muchos frentes, especialmente para el objetivo de controlar la inflación, sagrado propósito de los bancos centrales a ambos lados del Atlántico. Además, precios altos equivale a tipos de interés altos, lo que complica la financiación en muchos sectores empresariales.
«Se avecina un repunte cíclico, justo cuando la Reserva Federal y el BCE están a punto de recortar tipos», confirma Francisco Blanch, responsable global de materias primas y derivados de Bank of America (BofA), quien firma el análisis que certifica que el coste del petróleo puede ponerse aún peor.
BANK OF AMERICA VATICINA que los precios DEL CRUDO alcanzarán un máximo DE en torno a 95 dólares (87,93 euros) este verano
Los precios al contado de las materias primas alcanzaron su nivel más bajo en dos años a principios de este año, «proporcionando un alivio inflacionista muy necesario para los consumidores mundiales», prosigue el informe. Sin embargo, «los bajos inventarios en todo el complejo petrolero, los recortes de producción de la OPEP+, las tensiones geopolíticas y las sólidas cifras de crecimiento económico han invertido la tendencia de los precios y ahora apuntan a una temporada de tráfico veraniego más ajustada de lo previsto».
En consecuencia, BofA aumenta sus previsiones para el petróleo Brent y el WTI en 2024 a 86 y 81 dólares por barril, respectivamente (79,60 y 74,97 euros), y vaticina que los precios alcanzarán un máximo de en torno a 95 dólares (87,93 euros) este verano.
Por otra parte, el aumento de los precios de los carburantes «repercute en el IPC general, ya que la subida de la gasolina alimenta la inflación», lo que augura otra amenaza para la economía: «Una escalada de los precios del petróleo podrían limitar aún más la capacidad de los bancos centrales para ofrecer estímulos».