La Federación Nacional de Enfermos y Trasplantados Hepáticos (FNETH) informa que aproximadamente el 25% de la población española sufre de esteatosis hepática, también conocida como hígado graso. De este grupo, alrededor del 5% ha desarrollado inflamación crónica. Dado que las enfermedades hepáticas son bastante comunes, es crucial conocer qué alimentos pueden reducir su progresión e incluso detener su avance.
6ALIMENTOS QUE AYUDAN A PROTEGER EL HÍGADO
El café ha demostrado ser un aliado en la lucha contra el hígado graso no alcohólico, ya que su consumo regular se ha asociado con un menor riesgo de desarrollar la enfermedad y una disminución en la progresión de la fibrosis hepática. Además, estudios han mostrado que el café puede reducir la cantidad de enzimas anormales asociadas con otras enfermedades hepáticas. Las verduras de hoja verde, como las espinacas, también pueden ser beneficiosas para la salud del hígado. Consumirlas crudas puede ayudar a reducir el riesgo de hígado graso debido a los compuestos de nitrógeno y polifenoles que contienen.
Las legumbres, como las judías y la soja, han demostrado reducir los niveles de glucosa y triglicéridos en sangre, lo que puede ser beneficioso para personas con obesidad y para prevenir el hígado graso. La soja, en particular, puede proteger el hígado a través de una proteína llamada beta-conglicinina. El consumo de pescado azul, rico en ácidos grasos omega-3, puede ayudar a reducir la inflamación y los niveles de grasa en el organismo, lo que beneficia a quienes padecen hígado graso no alcohólico.
Por último, los cereales integrales, ricos en fibra alimentaria, pueden ser beneficiosos para quienes tienen esta enfermedad, ya que ayudan a reducir los niveles de triglicéridos en sangre. Incorporar estos alimentos a la dieta puede ser una estrategia efectiva para el manejo y prevención del hígado graso no alcohólico.
