La Federación Nacional de Enfermos y Trasplantados Hepáticos (FNETH) informa que aproximadamente el 25% de la población española sufre de esteatosis hepática, también conocida como hígado graso. De este grupo, alrededor del 5% ha desarrollado inflamación crónica. Dado que las enfermedades hepáticas son bastante comunes, es crucial conocer qué alimentos pueden reducir su progresión e incluso detener su avance.
3CAUSAS DEL HÍGADO GRASO
La esteatohepatitis no alcohólica es una condición compleja que puede tener múltiples factores desencadenantes. Entre ellos se encuentran:
- Dieta. Consumir una dieta rica en grasas saturadas, azúcares refinados y calorías en exceso puede aumentar el riesgo de acumulación de grasa en este órgano.
- Resistencia a la insulina. La resistencia a la insulina, común en personas con sobrepeso u obesidad y en aquellos con diabetes tipo 2, puede llevar a una acumulación de grasa.
- Genética. Se ha observado que la esteatohepatitis no alcohólica puede tener un componente genético, aunque los genes específicos involucrados aún no están completamente identificados.
- Estilo de vida sedentario. La falta de actividad física regular puede aumentar el riesgo de desarrollar esta enfermedad hepática.
- Medicamentos. Algunos medicamentos, como los antirretrovirales, glucocorticoides y ciertos fármacos quimioterapéuticos, pueden contribuir a la acumulación de grasa en el hígado.
- Síndrome metabólico. Este síndrome, que combina hipertensión arterial, niveles elevados de lípidos en sangre, exceso de peso y resistencia a la insulina, está asociado con un mayor riesgo de esteatosis hepática.
- Exposición a toxinas. La exposición a ciertas toxinas ambientales o industriales puede dañar el hígado y contribuir al desarrollo de la enfermedad hepática grasa no alcohólica.
- Enfermedades raras. Algunas enfermedades genéticas raras, como la enfermedad de Wilson o la hipobetalipoproteinemia, pueden predisponer a la acumulación de grasa.
En resumen, la esteatohepatitis no alcohólica es el resultado de una interacción compleja entre factores genéticos, metabólicos, ambientales y de estilo de vida, que pueden contribuir a la acumulación de grasa en el hígado y su progresión hacia enfermedades hepáticas más graves.