El Informe 2023 de Seguridad Nacional lo dice bien claro: las plantas de regasificación han sido un elemento clave para que el suministro de la Unión Europea (UE) resistiera los embates de la crisis energética provocada por la guerra de Ucrania. Si bien el caso español es particular, ya que nuestro aprovisionamiento no depende tanto de Rusia, las regasificadoras también constituyen uno de los pilares del sistema.
Los registros del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico muestran que el gas natural es, con un 23,6%, el segundo tipo de energía primaria más consumida en España, solo por detrás de los productos petrolíferos (45,5%). A pesar de los muchos y fructíferos esfuerzos realizados en transición energética, el nuestro sigue siendo un país dependiente de las importaciones, dentro de un continente también dependiente. Pero España es un referente en cuanto a la versatilidad de sus fuentes de gas gracias a sus notables capacidades de almacenamiento, un aspecto en el que las regasificadoras juegan un papel fundamental.
LAS REGASIFICADORAS SON MUELLES, ALMACENES Y CENTROS DE ENVÍO A LA VEZ
Para comprender la importancia de estas plantas hay que revisar las vías de entrada del gas en nuestro país, que son fundamentalmente dos: los gasoductos y el mar. El hidrocarburo que se transporta por vía marítima se carga en forma de Gas Natural Licuado (GNL) en grandes buques metaneros, donde se almacena a 160 grados centígrados bajo cero en estado líquido. Una vez el carguero llega a su destino, el GNL es descargado en las plantas de regasificación.
El gas que se transporta por mar se carga en forma de GNL en grandes buques metaneros, donde se mantiene, a muy bajas temperaturas, en estado líquido. Una vez llega a su destino, el GNL es descargado en las plantas de regasificación
Una vez descargado en la regasificadora, el hidrocarburo es sometido a un proceso de aumento de temperatura en el que recupera su estado gaseoso, tras lo cual es volcado al sistema a través de la red de gasoductos para nutrir el sistema español (lo que se conoce como regasificación) o ser reexportado a otros países mediante camiones cisterna. Las plantas de regasificación son, por tanto, los muelles de atraque del comercio de gas, enclaves básicos en la red de almacenamiento y plazas logísticas de primer orden para el suministro.
Según Gas Infraestructure Europe (GIE), la patronal europea de gestores de infraestructuras de gas, estas plantas le dan a España una capacidad total de almacenamiento de 3,316 millones de metros cúbicos (m3) de GNL, con diferencia la mayor de todos los países de la UE, que representa casi el 39% del almacenaje conjunto de la Unión (8,601 millones de m3). Por su parte, la capacidad regasificadora española acapara el 26% del total comunitario.
España cuenta con en torno al 40% de la capacidad de almacenamiento de GNL de Europa y aproximadamente un 30% de la de regasificación
De estos 3,316 millones de m3 de capacidad de las regasificadoras españolas, 1,966 millones, casi el 66%, corresponden a plantas de Enagás. El gestor gasista oficial de nuestro país es una de las compañías con más regasificadoras a nivel mundial: en España, la compañía tiene cuatro terminales de GNL ubicadas en Barcelona, Cartagena, Huelva y Gijón; y participa en el accionariado de otras dos: un 50% de la Planta Bahía Bizkaia Gas (BBG) en Bilbao y un 72,5% de la terminal de Saggas en Sagunto.
En Europa, Enagás está presente en Italia con una participación del 19% en una terminal de GNL a pequeña escala de Rávena. También es accionista de DESFA, el operador de gas griego, que cuenta con una terminal de GNL en Revithoussa.
ESPAÑA, POSICIÓN PRIVILEGIADA EN GAS
España ha recibido gas de 17 países diferentes gracias a estas plantas de regasificación, lo que coloca a nuestro país en una posición estratégica privilegiada, gracias a la diversificación de sus fuentes de importación. Asimismo, también lo convierten en un punto estratégico del aprovisionamiento de gas en Europa, ocupando en 2023 el primer puesto entre los países reexportadores de GNL a nivel mundial por segundo año consecutivo.
Las regasificadoras también han sido un elemento clave para hacer de Enagás el primer operador del mundo en recarga de buques en el año 2023. En total, se realizaron en España 157 cargas el año pasado, un 26% más que en 2022.
El gestor gasista español obtuvo un beneficio neto de 342,5 millones de euros en 2023, lo que representa una caída del 8,8% con respecto a los 375,8 millones de euros del año anterior, aunque permite al grupo pulverizar el objetivo anual, establecido en un rango de 310-320 millones de euros.
Enagás ha enunciado sus objetivos para 2024 en este ámbito, que pasan por alcanzar unas ganancias netas más reducidas, de entre 260 y 270 millones de euros.