De acuerdo a una investigación llevada a cabo por académicos de la Universidad de Newcastle en el Reino Unido, el 20% de los adultos experimentan adicción a la comida. Según los especialistas, los circuitos cerebrales relacionados con la recompensa y el placer reaccionan de manera similar ante los alimentos adictivos y las drogas. Un problema destacado es que estos alimentos suelen ser altos en calorías y contienen cantidades significativas de azúcares refinados y grasas trans, lo cual es perjudicial para la salud.
Los alimentos no solo nos proporcionan los nutrientes necesarios para mantenernos saludables, sino que también pueden afectar nuestra química cerebral de manera similar a las drogas, generando sensaciones de placer y bienestar. Cuando recurrimos a ciertos alimentos para sentirnos mejor en momentos de estrés o malestar, podemos caer en un ciclo de consumo compulsivo que puede llevar a la adicción.
3PATATAS CHIPS
las patatas fritas de bolsa pueden ser difíciles de comer con moderación debido a su textura crujiente y su combinación de sabores. Además, suelen contener altos niveles de almidón, sodio y grasas, lo que puede hacer que sean adictivas y poco saludables en grandes cantidades.
Por otro lado, existen opciones de snacks más saludables que pueden ser igual de sabrosas y satisfactorias, pero con beneficios nutricionales adicionales. El edamame, por ejemplo, es una excelente opción, ya que son vainas de soja inmadura cocidas al vapor y saladas, que proporcionan proteínas, fibra y una variedad de vitaminas y minerales. Los chips vegetales también son una alternativa saludable, ya que están hechos con verduras como zanahorias, remolachas, calabacines o batatas, que se hornean o se deshidratan en lugar de freírse, conservando así más nutrientes y menos grasas.