viernes, 22 noviembre 2024

Endesa: los enchufes ilegales para cultivar marihuana aumentan un 70% en un lustro

Por si no fuera suficiente con el impacto del ‘impuestazo’ y la bajada de los precios de la luz, la marihuana también golpea a Endesa. La energética calcula que los ‘enganches’ ilegales vinculados a plantaciones clandestinas de esta droga se han incrementado un 70% en los últimos cinco años, dentro de un panorama general de fraude eléctrico que ha aumentado un 35% en ese mismo período. Este fenómeno le cuesta a los consumidores españoles, según los datos de la compañía, 2.000 millones de euros al año.

Esta cantidad supone un perjuicio para los usuarios de 69 euros por cada punto de suministro pirateado. Solo en el ejercicio 2023, e-distribución, la filial de redes de Endesa, desmanteló una cifra cercana a los 150 fraudes al día.

SOLO EL AÑO PASADO, ENDESA DESMANTELÓ 150 FRAUDES ELÉCTRICOS AL DÍA, LO QUE SUPONE UN PERJUICIO PARA LOS CONSUMIDORES DE 2.000 MILLONES DE EUROS, O 69 EUROS POR CADA PUNTO DE SUMINISTRO ‘ENGANCHADO’

El director general de Redes de Endesa, José Manuel Revuelta, denuncia que la manipulación de las instalaciones eléctricas supone «un riesgo físico que puede provocar incluso la muerte de los implicados o de terceros que no tienen nada que ver con esta práctica ilegal, afecta a la calidad del suministro a los vecinos y cuesta dinero a todos los consumidores».

En el último lustro, los casos de fraude de todo tipo detectados por Endesa han aumentado un 35%, desde los 39.300 expedientes de 2019 a los cerca de 53.300 contabilizados en 2023. La energía recuperada vinculada a estos expedientes creció un 58%, hasta alcanzar los 662 gigavatios hora (GW/h), equivalente al consumo de 190.000 hogares.

Por su parte, las plantaciones de marihuana y los grandes consumos vinculados a la actividad industrial y los negocios acapararon el 74% de la energía defraudada detectada durante el pasado ejercicio por la filial de Endesa. La otra cuarta parte correspondió al sector residencial, aunque sólo el 2% se localizó en las viviendas con un consumo más bajo, con una potencia contratada inferior a los 3 kilovatios (KW).

LA MARIHUANA, UN PROBLEMA SOCIAL Y ECONÓMICO

Uno de los grandes problemas en este ámbito son los enganches ilegales a la red eléctrica vinculados a plantaciones de marihuana. Los expedientes abiertos por la compañía en las zonas donde opera se incrementaron cerca de un 70% en los cinco últimos años, y la energía recuperada en estos expedientes creció un 83% en el mismo periodo. Endesa estima que cada día del año pasado sus técnicos desconectaron de la red una media de siete plantaciones de marihuana.

La marihuana, como el hachís, es un narcótico de uso mayoritariamente recreativo que se extrae del cannabis, concretamente de la trituración de sus flores, hojas y tallos secos. La sustancia resultante se consume habitualmente inhalando sus vapores, ya sea mezclada con tabaco en cigarrillos de liar -el popular ‘porro’- o mediante una pipa.

AUNQUE LA VENTA DE MARIHUANA CONSTITUYE UN DELITO, SE TRATA DE UN ESTUPEFACIENTE CONSIDERADO ‘BLANDO’, POR LO QUE SU CONSUMO NO ESTÁ PENADO

En nuestro país, el artículo 368 del Código Penal castiga con penas de prisión de entre 3 y 6 años el tráfico de drogas, aunque esta disposición solo se aplica a la venta «de sustancias o productos que causen grave daño a la salud», como la heroína o la cocaína. La marihuana no entra en esa descripción al tratarse de un estupefaciente de los considerados ‘blandos’, por lo que, aunque su venta constituye un hecho delictivo, su consumo no está penado.

LUZ ROBADA PARA LOS VIVEROS DE ‘MARÍA’

En cualquier caso, el tráfico de esta sustancia es un negocio redondo en España. Según cálculos de la judicatura, invertir 6.000 euros en una plantación clandestina genera un retorno de unos 240.000 euros, lo que supone una rentabilidad de casi el 4.000%. Un potencial económico gigantesco que explica en gran medida el meteórico aumento de la captación ilegal de electricidad para nutrir el ‘oro verde’, especialmente en las áreas del país más pobres y con un mayor porcentaje de paro.

AL TENER QUE PRESCINDIR DE LA LUZ SOLAR, LOS VIVEROS CLANDESTINOS DE ‘MARÍA’ TIENEN QUE RECURRIR A POTENTES LÁMPARAS DE HASTA 1.000 WATTS, LO QUE EXPLICA LA VINCULACIÓN DE ESTA PRÁCTICA CON EL FRAUDE ELÉCTRICO

El cultivo de esta planta requiere unas condiciones muy específicas de iluminación que se traducen en una elevadísima demanda eléctrica. Los viveros ocultos en domicilios particulares o naves industriales tienen que sustituir la radiación solar por grandes focos de sodio con una potencia que oscila entre los 600 y los 1.000 watts, muy superior a la de una instalación eléctrica convencional.

Por este motivo, la inmensa mayoría de los traficantes optan por hacer un ‘enganche’ fraudulento a la red, robando el flujo eléctrico necesario. Según datos de Endesa recabados por El Periódico, en 2022 el 95% de las plantaciones de ‘maría’ estaban conectadas ilegalmente a la luz.


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