En las atractivas costas que perfilan el territorio español, una playa en particular ha llamado la atención del reconocido diario británico ‘The Sun’. Famara, ubicada en Lanzarote, se destaca como el destino más recomendado para los lectores británicos que buscan disfrutar de unos días de sol y mar lejos de su tierra.
Esta joya canaria, con su fascinante paisaje y su ambiente relajado, no solo es un paraíso para los amantes del surf, sino también un refugio para aquellos que buscan desconectar en un entorno natural casi lunar. A continuación, desgranaremos por qué Famara se ha ganado este sitial de honor y qué ofrecen sus seis kilómetros de arena dorada y aguas turquesas a sus visitantes.
UNA JOYA EN LAS CANARIAS: DESCUBRE FAMARA
Situada al norte de la isla de Lanzarote, la Playa de Famara cautiva con su impresionante panorama del Risco de Famara, creando un telón de fondo dramático que parece sacado de una película. La brisa constante que acaricia su extenso lienzo arenoso la convierte en un lugar predilecto para practicar deportes como el kitesurf y el windsurf. Además, la belleza natural de Famara la hace ideal para los caminantes y fotógrafos, que encuentran en su vasto paisaje un sinfín de rincones para explorar y capturar. La comunidad surfera ha encontrado aquí un santuario, gracias a las condiciones óptimas para la práctica de este deporte durante todo el año, abrazando tanto a principiantes como a profesionales.
No es solo el deporte lo que hace especial a Famara, sino también su atmósfera tranquila y desenfada. El pequeño pueblo que lleva el mismo nombre, Caleta de Famara, ofrece una selección de restaurantes donde se puede disfrutar de la cocina local, destacando platos a base de pescado fresco y papas arrugadas con mojo. La infraestructura turística se ha mantenido conscientemente discreta, favoreciendo la conservación de la belleza natural del área y permitiendo que los visitantes se sumerjan verdaderamente en la experiencia canaria sin las distracciones de los resorts más cosmopolitas.
POR QUÉ ‘THE SUN’ LA PREFIERE PARA LOS BRITÁNICOS
La elección de ‘The Sun’ por la Playa de Famara como recomendación estrella para sus lectores británicos no es casualidad. Este rincón de Lanzarote ofrece un clima agradable durante todo el año, una ventaja considerable para aquellos que provienen de la más fresca y a veces impredecible meteorología del Reino Unido. La temperatura media anual ronda los 20 grados, lo que es un fuerte atractivo para los que buscan huir del frío.
Además, Lanzarote y, en particular, Famara, tienen un fácil acceso mediante vuelos directos desde varias ciudades británicas, lo que convierte a este destino en una opción práctica para escapadas cortas o vacaciones prolongadas. Famara destaca por su capacidad de ofrecer una experiencia auténtica y sin aglomeraciones, algo que se ha vuelto cada vez más buscado por los viajeros en la era post-pandémica.
La mención de Famara en ‘The Sun‘ ha ayudado a posicionar a esta playa como un destino cada vez más popular entre los británicos que buscan un lugar especial y menos conocido que los habituales destinos masificados. Esto es clave para aquellos que quieren disfrutar de un tiempo de calidad sin las multitudes que a menudo se encuentran en otros destinos turísticos.
EXPERIENCIAS ÚNICAS EN FAMARA: NO SOLO PLAYA
Más allá de la playa, Famara ofrece riquezas naturales y culturales que merecen ser exploradas. La cercana Timanfaya, un parque nacional de tierras volcánicas, brinda una experiencia casi marciana que contrasta magníficamente con el azul del mar. Las excursiones a este parque son un must para cualquier visitante que desee entender la increíble diversidad del paisaje lanzaroteño.
La vinculación del arte con la naturaleza es otro de los atractivos únicos de Lanzarote, gracias al legado del artista César Manrique. Las intervenciones artísticas de Manrique se funden con el paisaje, y sus obras están salpicadas por toda la isla, ofreciendo una perspectiva cultural que enriquece la visita. Además, para aquellos interesados en la enología, Lanzarote presenta una interesante tradición vitivinícola con vinos que sorprenden por su calidad y carácter, nacidos de su singular tierra volcánica.
Famara encarna la esencia del turismo sostenible, con una oferta que promueve la conservación y el disfrute responsable. El interés creciente por parte de los británicos y de viajeros de todo el mundo en esta joya canaria es un reflejo del anhelo por hallar lugares que aún conservan su autenticidad en un mundo donde el turismo de masas ha transformado numerosos destinos. Famara, con su magia particular, se posiciona firmemente como una de las playas más encantadoras y recomendadas de España.
ENTRE VOLCANES Y VIÑEDOS: UN MARIDAJE ÚNICO
El contraste natural que ofrece Lanzarote es, sin duda, uno de sus mayores atractivos. Por un lado, la actividad volcánica histórica de la isla ha dejado su huella en la geología del lugar, generando paisajes únicos en los que la vida parece desafiar la adversidad. Los viñedos de La Geria, por ejemplo, con su singular forma de cultivo en hoyos y muros circulares para proteger a las cepas del viento, son una muestra de la resilencia y adaptación del ser humano al entorno, creando un vino con características singulares. Degustar estos caldos, impregnados de la esencia volcánica, es una verdadera experiencia gastronómica que complementa la oferta de esta maravillosa isla.
Por otro lado, la tradición agrícola de Lanzarote, con sus cultivos de lentejas, tomates y gran variedad de frutas y verduras, aporta a los visitantes la posibilidad de disfrutar de productos frescos y locales. Estos sabores intensos y naturales son la base de una gastronomía excepcional, que podemos experimentar en los restaurantes familiares o mercados típicos de la isla. El compromiso de la comunidad local con la sostenibilidad y la calidad del producto garantiza que cada bocado sea, no solo un placer, sino también un acto de apoyo a la economía y cultura isleñas.
LA RUTA DEL TIEMPO: HISTORIA Y CULTURA VIVA
Lanzarote es también un viaje en el tiempo. La isla atesora un importante legado de civilizaciones anteriores, desde los majos aborígenes, pasando por la conquista castellana, hasta el desarrollo del turismo moderno. La visita a la Cueva de los Verdes, un laberinto subterráneo formado por tubos volcánicos, nos interna en leyendas y relatos de un pasado lleno de misterio y supervivencia. Observar el ingenio humano ante la necesidad en el Museo Agrícola El Patio, donde se muestra la vida rural de Lanzarote de siglos pasados, es otro ejemplo de cómo los relatos de la gente común enriquecen la experiencia del viajero.
La influencia del arte y la arquitectura es particularmente notable en la obra de César Manrique, que ya hemos mencionado anteriormente. Sin embargo, no cabe duda de que su impacto va más allá de lo visual. Manrique se convirtió en el abanderado de un movimiento que abogaba por el desarrollo sostenible y armónico de la isla, incorporando sus creaciones en el entorno natural con el menor impacto posible. Este ethos, que ahora permea toda la isla, anima a los visitantes a considerar su propia huella en el mundo y la manera en que interactúan con el ambiente.