Boehringer Ingelheim y Lilly han anunciado que el Ministerio de Sanidad ha aprobado la financiación de Jardiance (empagliflozina) como tratamiento de adultos con enfermedad renal crónica (ERC). Hasta ahora estaba financiado para otras dos de sus indicaciones: la diabetes tipo 2 y la insuficiencia cardíaca. Desde el punto de vista del jefe de Servicio de Nefrología del Hospital Clínico Universitario de Valencia, José Luis Górriz, este es un avance importante porque el fármaco ha demostrado reducir el riesgo de progresión de la enfermedad renal o muerte cardiovascular, así como el riesgo de hospitalizar por cualquier causa.
Actualmente, en España también hay disponible otro inhibidor del cotransportador de sodio-glucosa tipo 2 (SGLT2), grupo del que forma parte este tratamiento, que pertenece a la farmacéutica AstraZeneca, llamado Forxiga (dapagliflozina). Está en el SNS desde febrero de 2023, por lo que ahora los pacientes dispondrán de más opciones terapéuticas. Este tipo de medicamentos bloquean la proteína SGLT2 en el riñón. Debido a ello, el azúcar en la sangre (glucosa), la sal (sodio) y el agua se eliminan del cuerpo a través de la orina.
JARDIANCE Y PACIENTES
El director de la franquicia de enfermedades cardio renal metabólicas en Boehringer Ingelheim, Óscar Ibarra, asegura que las hospitalizaciones representan de un tercio a la mitad de los costes totales de asistencia médica para las personas con ERC. «Nuestro compromiso primordial es mejorar la calidad de vida de nuestros pacientes, y ahora, con Jardiance, les brindamos una opción terapéutica financiada adicional para abordar su enfermedad renal crónica».
Desde el punto de vista de responsable de Asuntos Corporativos de Lilly, Teresa Millán Rusillo, «esta noticia es especialmente relevante debido al impacto significativo que la fase terminal tiene en la vida diaria de quienes la padecen. Para ello, el diagnóstico temprano, en fases iniciales, es crucial para evitar que la condición avance».
En el acto de presentación de esta novedad estuvo presente la doctora Flora López Simarro (médico de familia), que ha advertido que la enfermedad renal crónica es un problema de salud púbica a nivel mundial. «A pesar de que se habla de que existen muchos pacientes con insuficiencia cardíaca, lo cierto es que hay más con insuficiencia renal». El problema es que esta enfermedad en sus fases previas es asintomática (se estima que 2 de cada 3 pacientes están sin diagnosticar) , y el conseguir un diagnóstico precoz es clave para evitar un avance de la misma».
En España, la ERC afecta a 1 de cada 7 personas, lo que supone un 15% de la población.
En España, esta enfermedad afecta a 1 de cada 7 personas, lo que supone un 15% de la población. Por otro lado, la ERC duplica el riesgo de hospitalización y es una de las principales causas de muerte en todo el mundo. En España, atender las fases más avanzadas de la enfermedad renal crónica supone casi el 3% del gasto sanitario del Sistema público de salud y el 4% de la atención especializada hospitalaria.
ENFERMEDAD RENAL CRÓNICA
Del mismo modo, la médico de familia explicó que hay desconocimiento y falta de sensibilidad en lo que respecta al conocimiento de esta enfermedad. Es más, durante la rueda de prensa a los medios de comunicación se indicó que las personas con enfermedad renal crónica ven cómo su calidad de vida se reduce en las fases avanzadas de la enfermedad, sobre todo, debido a la gran carga de síntomas y tratamientos. Asimismo, la depresión afecta hasta un tercio de la población renal diagnosticada en general y se diagnostica con mayor frecuencia en las personas con enfermedad renal avanzada.
En este sentido, el doctor Górriz ha puesto sobre la mesa que hacer un diagnóstico precoz es todavía una asignatura pendiente. Para él se trata de una intervención conveniente y coste-eficaz para el SNS. A pesar de ser una enfermedad silente se conocen los factores de riesgo, por lo que un enfoque que tenga en cuenta la detección precoz puede reducir el riesgo de deterioro de la función renal, fracaso renal y hospitalizaciones.
Además, tal y como han explicado los doctores presentes en el acto, el diagnóstico de la ERC es relativamente sencillo porque solo son necesarias dos pruebas accesibles desde atención primaria: un análisis de sangre, para verificar la eficacia con la que los riñones filtran la sangre, y un análisis de orina, que mide la presencia de albúmina y de creatinina en la orina.
Las fases más avanzadas de la enfermedad renal crónica suponen casi el 3% del gasto sanitario del Sistema público de salud.
El hecho de detectar precozmente la ERC contribuye a elevar la calidad de vida de los pacientes desde los primeros indicios y además permite a los médicos abordar las brechas de conocimiento y promover una respuesta más efectiva ante los síntomas incipientes por parte de los profesionales de la salud. «Al identificarla en sus primeras etapas, podemos evitar retrasos en el diagnóstico, lo que a su vez contribuye a preservar la función renal», añade la doctora Flora López Simarro.
Finalmente, el doctor José Luis Górriz, ha añadido que este fármaco seguirá dando que hablar, pues actualmente está inmerso en otros cuatro ensayos clínicos en asociación con otros tratamientos. «Con Jardiance está bastante cubierto el mosaico de enfermedades cardiovasculares y de enfermedad renal, pero aún hay que incrementar las piezas de ese mosaico. De hecho, estos desarrollos ya se encuentran en Fase 3, por lo que en dos o tres años se verán resultados. Pronto se darán a conocer datos relevantes que está desarrollando Boehringer Ingelheim», concluyó el nefrólogo.