Josu Jon Imaz abordó el ‘impuestazo’ enarbolando a la vista de todos una sección de un cable de alta tensión. «Si alguien invierte su dinero para fabricar este producto, creando empleo en España, tiene que pagar un tributo especial; mientras que quien hace lo mismo en el extranjero, no. ¿Esto es social?», preguntó retóricamente. Con esta teatralidad se refirió el CEO de Repsol al impuesto extraordinario a las energéticas, principal causa de fricción entre la compañía y el Gobierno, aunque finalmente la sangre no ha llegado al río: la petrolera no cumplirá su amenaza de retirar sus inversiones de nuestro país, al menos de momento.
En su comparecencia ante los medios tras la presentación de la estrategia 2024-2027 de Repsol, Imaz dejó caer el motivo de este cambio de postura. «El mismo presidente de Gobierno ha reconocido que el gravamen debe reformularse», explicó, en clara alusión a la ronda de diálogos iniciada al respecto por el Ejecutivo con grandes energéticas españolas como Iberdrola, Cepsa, Naturgy, Endesa y la propia Repsol.
Un Imaz mucho más conciliador que en eventos pasados declaró que percibe un «cambio» en la posibilidad de mejoras en el marco fiscal en España, mostrando un ánimo «un poco más positivo», después de haber cargado en los últimos tiempos contra la posibilidad de que la vigencia del polémico ‘impuestazo’ se convirtiera en indefinida.
IMAZ NO DESCARTÓ DEL TODO LA POSIBILIDAD DE TOMAR REPRESALIAS CONTRA EL GOBIERNO «si no se ven retornos y una certidumbre clara» en los planos regulatorio y fiscal
También recordó el pronunciamiento de la UE sobre la cuestión, recordando que «la Comisión Europea ha manifestado que ya no tiene sentido y supone un perjuicio a la inversión». Asimismo, informó que la compañía que dirige, que recurrió el tributo ante la Audiencia Nacional en su día, también está interponiendo recursos contra las autoliquidaciones del mismo.
Así, tendió la mano a profundizar en el diálogo con el Gobierno con el fin de configurar unas condiciones tributarias y jurídicas que permitan a la compañía llevar adelante las inversiones detalladas en su plan estratégico. «Sería muy bueno para el país y los ciudadanos», añadió al respecto.
No obstante, el directivo vasco no descartó del todo la posibilidad de tomar represalias en en futuro en forma de desinversiones en nuestro país, advirtiendo que no se destinarán fondos a la transformación de sus centros en España «si no se ven retornos y una certidumbre clara» en los planos regulatorio y fiscal.
REPSOL PISA EL ACELERADOR INVERSOR
Según la actualización del plan estratégico presentado por la compañía, Repsol invertirá una cifra récord de entre 16.000 y 19.000 millones de euros en los próximos cuatro años (2024-2027) para acelerar su proceso transformador hacia una compañía cero emisiones netas y protagonista en la transición energética.
Repsol cuenta con cinco de sus siete complejos industriales en España y estima que su transformación para ser punteros y desarrollar productos de bajas emisiones -como los combustibles renovables, el hidrógeno renovable y el biometano- requerirán inversiones netas en un rango de entre 2.000 y 3.000 millones de euros, condicionadas así a esa regulación y la fiscalidad en el país.
LA TRANSFORMACIÓN DE REPSOL EN UNA COMPAÑÍA CERO EMISIONES Y PUNTERA EN PRODUCTOS DESCARBONIZADOS EXIGIRÁ UNA INVERSIÓN DE ENTRE 16.000 Y 19.000 MILLONES DE EUROS
La Península Ibérica concentrará el 60% del total y Estados Unidos, el 25%. Por su parte, las iniciativas bajas en carbono representarán más del 35% de las inversiones totales. Para 2024, la inversión neta prevista se sitúa alrededor de los 5.000 millones de euros.
Respecto al objetivo de sacar a Bolsa este negocio de upstream en el primer trimestre de 2026, Imaz aseguró que ese compromiso sigue vigente. En este sentido, manifestó que la salida se producirá en el mercado anglosajón, previsiblemente en Estados Unidos, ya que en el marco de Europa el upstream «como negocio no es visto, no es querido e incluso en algunos países está prohibido».
En cualquier caso, dejó claro que Repsol es «una compañía española, fuertemente afincada en España y lo va a seguir siendo». El del upstream, explicó, es un segmento de negocio que carece de actividad a este lado del Atlántico, por lo que «no tiene ningún sentido que tenga que estar en un mercado de la Unión Europea».
«CUANDO UNA ACERÍA CIERRA EN ESPAÑA, TRASLADA SU ACTIVIDAD A TURQUÍA, INDIA O CHINA; Y LUEGO ESE MISMO ACERO, CON LAS MISMAS EMISIONES, ENTRA POR EL PUERTO DE BARCELONA O EL DE VALENCIA»
Josu Jon Imaz, CEO de Repsol
Por otra parte, Imaz llamó a Europa a «ser más inteligentes» en Europa a la hora de abordar la descarbonización», mostrando su preocupación ante el hecho de que el Viejo Continente esté perdiendo mucho empleo industrial y pidiendo una transición basada «en los principios industriales y tecnológicos» del país.
Así, aseguró que la transición energética debe sostenerse sobre la descarbonización, pero también afirmó que ésta debe estar supeditada a la seguridad de suministro y a un precio de energía competitivo. Además, manifestó su inquietud ante «el aumento de las emisiones de CO2 en el mundo» a pesar de todas las regulaciones al respecto: «Cuando en España cerramos una acería, ésta traslada su actividad a la India, Turquía o China; y luego ese mismo acero entra por el puerto de Barcelona o el de Valencia» -ejemplificó- «Entonces nos tapamos los ojos ante el CO2 producido, porque no se ha emitido en Europa».
DIVIDENDOS POR LAS NUBES
«Tenemos una propuesta líder en dividendos y la intención de mejorar, año a año, la retribución a los accionistas«, proclamó el CEO de Repsol, exponiendo que la petrolera «quiere hacer un gran esfuerzo en inversiones, y para ello, necesitamos ganar credibilidad frente a los inversores».
Repsol destinará entre el 25% y el 35% del flujo de caja de las operaciones a retribuir a sus accionistas, incluyendo dividendos y recompra de acciones. En consecuencia, la compañía podría llegar a distribuir hasta un máximo de 10.000 millones de euros entre sus más de 520.000 accionistas, en gran parte pequeños ahorradores que viven en España.
La petrolera distribuirá 4.600 millones de euros en dividendo en efectivo, cifra que podrá completar con hasta 5.400 millones en recompras de acciones, para alcanzar el rango del 25%-35% comprometido. Para 2024, Repsol ha anunciado un incremento de aproximadamente un 30% del dividendo en efectivo, hasta 0,9 euros por acción, repartiendo 1.095 millones de euros.
Para 2024, Repsol ha anunciado un incremento de aproximadamente un 30% del dividendo en efectivo, hasta 0,9 euros por acción, repartiendo 1.095 millones
Para los siguientes tres años, el compromiso es incrementar un 3% anual esta cantidad total, hasta 1.197 millones de euros en 2027. Además, el Consejo de Administración aprobó ayer un programa de recompra de 35 millones de acciones, con la intención de amortizar 40 millones de acciones antes de que finalice julio de 2024.
RESULTADOS 2023: MÁS DIVIDENDO E INVERSIONES, IGUAL A MENOS BENEFICIOS
El descenso en el resultado neto de Repsol, anticipado por el mercado, está en consonancia con el fuerte gasto que ha supuesto el énfasis dedicado a las inversiones y a la retribución a los accionistas. El beneficio neto de 2023 se situó en 3.168 millones de euros, lo que representa un desplome interanual del 25,5%. El resultado ajustado fue de 5.011 millones de euros (un 26% menos), dentro de un entorno macroeconómico «incierto y volátil», manifestó la compañía en un comunicado.
En 2023, la compañía realizó una inversión histórica de 6.167 millones de euros. De esta cantidad, un 43% (más de 2.600 millones de euros) se destinó a proyectos en la Península Ibérica y un 30%, a activos de generación renovable. Durante el ejercicio, se pusieron en marcha 1.100 megavatios (MW) de potencia renovable, alcanzando los 2.800 MW de potencia instalada, principalmente en España.
Las inversiones en el negocio Industrial sumaron 1.161 millones de euros en el periodo, «que contribuyeron al mantenimiento y generación de empleos industriales y a dinamizar las economías locales», señala la petrolera.
La producción media del negocio de Exploración y Producción en 2023 se situó en 599.000 barriles equivalentes de petróleo al día, «tras un año intenso de reorganización de la cartera para centrar su actividad en regiones clave».
Esta estrategia multienergética ha encontrado el respaldo de numerosas instituciones como el Instituto de Crédito Oficial (ICO), del Banco Europeo de Inversiones (BEI) y el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), que han apoyado proyectos de transformación en complejos industriales y el desarrollo de proyectos de generación renovable.
Repsol ha presentado iniciativas a las convocatorias para fondos europeos Next Generation que suponen una inversión de más de 3.000 millones de euros en innovación tecnológica, descarbonización y economía circular. Asimismo, ha obtenido fondos del Innovation Fund Large Scale 2022: Industry electrification and hydrogen para el proyecto Tarragona Hydrogen Network, un electrolizador con capacidad de 150 MW en su primera fase.
Repsol remarca en sus resultados 2023 su contribución fiscal en España, la cual proclama como «la mayor de todo el Ibex-35», con 10.446 millones de euros
La compañía finalizó el año con 2,2 clientes en su departamento de electricidad y gas, mientras que los usuarios digitales casi alcanzaron los 8 millones «gracias a los beneficios asociados a la aplicación Waylet».
El «buen desempeño» de todas las líneas de negocio derivó en una generación de caja de 7.064 millones de euros que, junto con las desinversiones y la rotación de activos renovables llevadas a cabo, permitió cubrir el volumen de inversiones, reducir la deuda y aumentar la retribución al accionista.
En 2023, Repsol destinó 2.461 millones de euros a retribuir a sus más de 520.000 accionistas, que han percibido un dividendo en metálico de 0,7 euros por acción, un 11% más que en 2022. Además, la compañía continuó con los programas de recompra de acciones, habiendo ya superado al cierre de 2023 los objetivos previstos en el plan estratégico hasta 2025.
Repsol remarca en sus resultados 2023 su contribución fiscal en España, la cual proclama como «la mayor de todo el Ibex-35», con 10.446 millones de euros. Por su parte, la deuda neta se situó en 2.096 millones de euros a final de diciembre, un 7% menos que el año anterior, lo que sitúa el nivel de apalancamiento financiero en el 6,7%.