El mes de enero ha marcado un hito preocupante según la AEMET, siendo el más cálido registrado hasta la fecha. Sin embargo, a mediados de febrero, finalmente se percibe la llegada del invierno. Este drástico cambio en el clima es un claro ejemplo de la volatilidad ambiental que enfrentamos. La oscilación extrema nos recuerda la urgencia de abordar el cambio climático y sus consecuencias. Adaptarse a estas variaciones se vuelve cada vez más crucial. La conciencia sobre la importancia de la sostenibilidad y la acción climática se ve resaltada por estos eventos meteorológicos extremos. Un claro ejemplo de ello es que esta semana los termómetros se van a volver locos en nuestro país. Te lo contamos todo a lo largo de este artículo.
5La sensación es la de que este invierno se asemeja más a una primavera
Este invierno se asemeja más a una primavera, con temperaturas más cálidas de lo habitual y cambios climáticos inesperados. La sensación generalizada es de desconcierto ante este fenómeno, que desafía las expectativas estacionales. La falta de frío y las condiciones más suaves están alterando los patrones climáticos tradicionales, lo que puede tener consecuencias en la agricultura, la flora y la fauna, así como en la salud humana. Es crucial monitorear y adaptarse a estos cambios climáticos impredecibles.