Los objetivos de Iberdrola en las islas británicas son meridianos: en 2035, situarse en cero emisiones netas -lo que se conoce como neutralidad climática-; y un lustro después, en 2040, cero residuos. La energética española, que ha lanzado un milmillonario concurso para modernizar las estructuras de redes del Reino Unido, cimentará la consecución de estas metas sobre cinco pilares: acción climática, acción por la naturaleza, economía circular, sostenibilidad de la cadena de suministro y sociedad.
LA ‘MEGALICITACIÓN’ DE IBERDROLA
A mediados del pasado enero, Iberdrola, a través de ScottishPower, su filial en el Reino Unido, lanzó una licitación por valor de 5.400 millones de libras esterlinas (6281,50 millones de euros al cambio actual) para mejorar la infraestructura de red y «hacer posible un futuro libre de emisiones». Se trata del mayor contrato en redes emitido por la compañía en el país.
Los contratos, en concreto, cubrirán los próximos 10 años e incluyen proyectos de transporte en el centro y sur de Escocia. Permitirán integrar más energía verde en todo el país para ayudar a ofrecer un futuro con bajas emisiones de carbono, conectando entre 80 y 85 GW de energía renovable limpia al sistema de Gran Bretaña, reduciendo la dependencia del país de los combustibles fósiles.
«Estamos iniciando la mayor renovación de la red desde su creación» -afirmó entonces el CEO de ScottishPower, Keith Anderson– «Nuestros planes de inversión ayudarán a hacer crecer nuestras redes eléctricas, aumentarán nuestra fuerza laboral y brindarán una gran oportunidad para la cadena de suministro, al tiempo que desbloquearán el crecimiento económico en general».
ESTRATEGIA ALINEADA CON LA RUTA INTERNACIONAL
El carácter integral de esta modernización de las redes británicas pavimentará el camino a la empresa liderada por Ignacio Sánchez Galán para completar su plan climático en este país. La ‘hoja de ruta’ corporativa está en sintonía con los objetivos de la UE para 2030.
El primer eje de la transformación ‘verde’, el de la acción climática, se vertebra sobre la optimización del consumo eléctrico. En primer lugar, la renovación de los inmuebles supondrá, según los cálculos de ScottishPower, un ahorro energético de 7,2 gigavatios hora (GW/h); y además, se buscarán alternativas a la instalación de aislantes basados en hexafluoruro de azufre, un elemento altamente contaminante. Por otro lado, se aumentará hasta el 50% el porcentaje de utilización de acero de bajas emisiones y se descarbonizará la flota de transporte.
IBERDROLA PREVÉ INTEGRAR LA ECONOMÍA CIRCULAR A TRAVÉS DE MATERIALES BÁSICOS COMO EL HORMIGÓN Y EL ACERO; ADEMÁS DE ENDURECER LAS EXIGENCIAS MEDIOAMBIENTALES DEL 80% DE SUS PROVEEDORES
Entre las medidas orientadas a la protección de la naturaleza, se impulsarán proyectos para la mejora de la biodiversidad con el fin de obtener créditos de carbono (permisos de emisiones), además de la eliminación de los bifenilos policlorados (PCB) de sus productos e infraestructuras. De igual modo, se implementarán acciones de prevención de la contaminación en todas aquellas iniciativas que excedan los 132 kilovatios (KW), y se establecerán topes al consumo de hidrocarburos en las subestaciones. Estas instalaciones también serán dotadas de un programa de innovación y de un mecanismo de intercambio de recursos.
La compañía integrará la economía circular en su infraestructura y en los distintos eslabones de la cadena de valor a través de colaboraciones con comunidades locales para optimizar la utilización de materiales básicos como el hormigón y el acero; mientras se refinan las exigencias medioambientales del 80& de los proveedores de Iberdrola. Por otro lado, en 2028 está previsto que se dé apoyo a más de 100.000 clientes vulnerables, para lo que se habilitará un registro de vulnerabilidad único y se mejorará el soporte de datos de estos usuarios.