La proliferación de imágenes hiperrealistas generadas por Inteligencia Artificial plantea el desafío de distinguir entre lo real y lo falso en la era digital. Este fenómeno no solo amenaza la privacidad personal, sino que también podría dar lugar a situaciones donde se utilice la imagen de alguien para crear contenido falsificado, como vídeos o fotografías comprometedoras, con el riesgo de difamación o manipulación de la percepción pública.
Estos días hemos sido testigos de la polémica por la difusión viral de imágenes muy explícitas generadas por inteligencia artificial de la famosa artista Taylor Swift. Este incidente vuelve a evidenciar los riesgos asociados con el mal uso de esta nueva tecnología capaz de crear imágenes convincentemente reales y perjudiciales.
1DEEPFAKES CON CONTENIDO EXPLÍCITO
Las falsas imágenes de Taylor Swift circularon principalmente en la red social X, anteriormente conocida como Twitter. A pesar de haber sido retiradas después de ser vistas por millones de personas, todos sabemos que en Internet nada desaparece. Muchas de estas imágenes habrán sido descargadas por los usuarios y seguramente seguirán compartiéndose por diferentes canales. Celebridades nacionales como Laura Escanes también han sido víctima de este delito.