La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, ha dado un paso más para afianzar el modelo de la Economía Social con la puesta en marcha en México de la primera Red Iberoamericana de Fomento de la Economía Social y Solidaria.
Entre sus promotores junto con España cuenta con México, Brasil, Chile, Portugal, Colombia, Guatemala y Cuba, mientras ya se mantienen conversaciones con otras naciones para sumarse a la iniciativa.
Con esta red se busca promover a los organismos de la Economía Social para crear condiciones que permitan el desarrollo de un sector conformado por cooperativas, sociedades laborales, empresas de inserción, centros especiales de empleo o mutualidades, entre otros, y la plena integración de todo ese ecosistema productivo en el comercio regional.
La Economía Social, que promueve el desarrollo sostenible y democrático y tiene como pilar la distribución equitativa de la riqueza que genera, es un modelo productivo que mejora las condiciones de vida de la población y sobre todo de personas en situación de vulnerabilidad.
«La Economía Social es una alternativa de presente y futuro al desorden global. La Red Iberoamericana de Fomento a la Economía Social y Solidaria es un hito más en la construcción de unas relaciones más horizontales entre Europa y América Latina», ha asegurado la ministra, en la presentación de esta red.
«La Red Iberoamericana de la Fomento de la Economía Social y Solidaria es un instrumento de cooperación que va a potenciar la democracia y la justicia social en el conjunto de los países iberoamericanos», ha insistido Díaz, que en su intervención ha destacado cómo esta forma de entender la economía procura «trabajo decente, ensancha derechos y refuerza el sistema de bienestar, además de contribuir a sociedades más inclusivas».
La creación de esta red tiene lugar tras la aprobación el año pasado, a iniciativa del Gobierno de España de la primera resolución de la Asamblea General de Naciones Unidas (ONU) sobre la Economía Social con el objetivo de impulsar políticas que fomenten este modelo económico.
«La economía social es clave para recuperar la autonomía estratégica de nuestros Estados, por ser una economía que nunca se deslocaliza y estar al servicio de las comunidades locales. Es una economía resiliente que siempre prioriza el bienestar de las personas», ha explicado la vicepresidenta.