Con la llegada del invierno, se activan la calefacción, los braseros y las chimeneas para combatir el frío. Sin embargo, el uso de estos sistemas de calentamiento también conlleva el riesgo grave de intoxicación por monóxido de carbono, un peligro invisible causado por una ventilación insuficiente, que lamentablemente cobra miles de vidas cada año en todo el mundo.
6CUÁLES SON LOS MÁS SEGUROS
Es crucial diferenciar entre modelos de calefactores, ya que algunos se promocionan como más seguros que otros, como los braseros eléctricos que carecen de elementos de seguridad. Las estufas o calefactores de gas, aunque minimizan el riesgo de quemaduras, se aconseja apagarlos para evitar posibles contratiempos.
En general, los calefactores eléctricos, especialmente los cerámicos o de aluminio, se consideran más seguros, ya que no utilizan combustibles inflamables. Los modelos avanzados incluyen termostato y programación para apagarse al alcanzar la temperatura deseada. Para quienes pueden invertir más, las calderas de condensación o de biomasa son opciones eficientes y seguras. Las calderas de biomasa, en particular, operan de manera similar a chimeneas cerradas de leña, utilizando combustibles no inflamables.