Tras doce años en antena, ‘Amar es para siempre’ nos sigue sorprendiendo. Esta última temporada está dando lugar a todo tipo de situaciones: asesinatos, mentiras, amor, desamor… Todo vale para esta serie que pasará a la historia por ser una de las más seguidas de la ficción española.
En los episodios más recientes hemos visto que la maldad de Elena no tiene límites, y también estamos comprobando que Crespo es capaz de todo con tal de no ser descubierto. Resumimos lo ocurrido últimamente y avanzamos lo que podremos ver en la entrega de esta tarde.
1‘Amar es para siempre’: Elena y Crespo, en el punto de mira
Mucho ha pasado desde que Elena decidió acabar con la vida de Chimo dejando una falsa nota de suicidio en la que reconocía haber manipulado los frenos del coche de Federico en el pasado, propiciando un accidente en el que murió Mario. Esta teoría no encaja para la madre de Chimo, Rosa, ni para Claudia: ambas piensan que Elena está detrás de todo.
Respecto a Carlos, en ‘Amar es para siempre’ hemos visto cómo era condenado a tres años de cárcel sin posibilidad de recurso y cómo se decidía trasladarle al fuerte de María Cristina, en Melilla. Finalmente Quintero vio cómo última salida llamar a la prensa para tratar de poner a la opinión pública a su favor. Así, Carlos acabó concediendo una entrevista a ‘Avance Semanal’ contando su verdad.
En cuanto a Sofía e Isidro, ya saben que Crespo es el padre de Ester y el miserable que violó a Ángela. Lo malo es que Alicia ha averiguado que Isidro es policía, algo que tuvo que confesarle él mismo asegurándole que está infiltrado en el King’s como parte de un operativo para investigar el asesinato de Ester. Más tarde les contó su descubrimiento a Sofía y Rafa, quienes tuvieron que fingir no saber nada.
Crespo no tardó en conocer la verdadera identidad de Isidro por boca de su hija, algo que se suma a las advertencias de Felipe de que alguien va detrás de él. El empresario no dudará a la hora de eliminar a quien sea necesario para salvarse. Asimismo, sigue insistiendo a Alicia para viaje a Ginebra para conseguir el dinero que le está reclamando Felipe.
Por otro lado, Federico sigue ingresado en la residencia tratando de reponerse con los ánimos de sus hijos, especialmente de Malena. Sin embargo, las visitas de Elena son cada vez más desagradables, pues la mujer ya no teme mostrar su peor cara ante su marido; está segura de que el hombre nunca podrá desvelar sus crímenes a nadie.