Joseph Oughourlian sopesa mover algunas fichas en el Grupo Prisa tras la repentina muerte de su mano derecha, el consejero Miguel Barroso. El inconmensurable socavón que deja el todopoderoso asesor de presidentes socialistas no resultará fácil de llenar, barruntan fuentes de la compañía consultadas por MERCA2.es.
BARROSO LLEVABA MENOS DE AÑOS AL FRENTE DEL TIMÓN EDITORIAL DE PRISA
El presidente de Prisa debiera convocar una Junta de Accionistas si quiere elegir sustituto de Barroso, que trabajó en la juventud como redactor de El País y volvió al holding mediático casi cuatro décadas después.
Resulto simbólico que la Junta de accionistas del editor de El País y la Cadena SER del 23 de marzo de 2021 certificarse el relevo en el comité editorial del grupo del expresidente Felipe González por Miguel Barroso, una de las mejores cabezas del sector mediático y un enredador nato, tal y como reconoció su amigo José Miguel Contreras en el obituario que este último firmó en el diario generalista del grupo.
Barroso, líder natural, personalidad hipnótica y alérgico a las cámaras, deja un hueco como interlocutor privilegiado entre Prisa y La Moncloa y en el tutelaje editorial de la compañía.
DOS MARZOS CLAVES PARA BARROSO Y PRISA
Barroso fichó como consejero de Prisa en marzo de 2021. Unos días antes, Joseph Oughourlian se había hecho con la presidencia del multimedia tras la caída de Javier Monzón, que en octubre de 2017 había sustituido a Juan Luis Cebrián en el cargo.
Barroso entró en el Consejo de Administración de Prisa como nexo del grupo con Pedro Sánchez y con la hercúlea tarea de resetear un grupo al que Cebrián había situado el borde la quiebra con una deuda de má de 1.600 millones de euros.
El exdirector de El País, advertido como faro periodístico en los ochenta y como pésimo ejemplo empresarial tras el cambio de siglo, fue el responsable de la pérdida de la hegemonía de Prisa en el campo de la influencia tras el sorpasso de Atresmedia e impuso un cambio en la línea editorial que había dejado huérfana mediáticamente a la mayoría de la ciudadanía progresista española.
Ese marzo de 2021 Prisa se segmentó en dos áreas: Prisa Media (que componen la rentable área radiofónica gracias a la Cadena SER y las musicales, y el deficitario pero influyente diario El País), y Prisa Educación (integrado por Santillana Latam).
Un año después, en marzo de 2022, Prisa presentó su Plan Estratégico 2022-2025 que era alumbrado con la intención de elevar los ingresos del grupo (que en 2021 fueron de 740 millones, en 2023 rondaron los 850 y en 2025 está previsto que alcancen los 1.000), reducir la deuda (que a finales de 2021 alcanzaban los 756 millones, cifra que hasta finales del pasado septiembre se ha elevado hasta los 870 por la subida de tipos), y atenuar pérdidas (que en 2021 fueron de 105 millones y hasta octubre de 2023 fueron de ‘apenas’ 36,7 millones),
La intención de Barroso también pasaba por elevar los suscriptores de El País (que tenía 176.000 a fecha 31 de diciembre de 2021 y acaba de duplicar números con ofertas agresivas hasta los 350.000), amén de mantener el liderazgo radiofónico pese al auge del editor de COPE (en el último EGM, la SER mantuvo su cómodo reinado con 4,6 millones de oyentes y Los 40 Principales son la primera opción entre las musicales con casi 3).
En marzo de 2022, además de presentarse el Plan Estratégico, se constituía un holding empresarial compuesto por íntimos de Barroso, Global Alconaba, que en mayo de ese año compraron más del 7% de Prisa a Telefónica, que al igual que el Santander se puso de perfil en el multimedia con el ánimo de congraciarse con La Moncloa.
Global Alconaba, pilotada por Andrés Varela Entrecanales (proveedor de RTVE y coproductor de la docuserie sobre Pedro Sánchez que sigue sin estrenarse), ha visto en los últimos tiempos que Prisa difícilmente será negocio porque la asfixia que sufre por los tipos de interés destroza las múltiples mejoras impulsadas por Barroso, en radio y prensa, y de Contreras en su modesta pero rentable división de producción televisiva.
Amber Capital, que designó a Barroso como consejero y sufre la misma situación tras invertir alrededor de 400 millones de euros, al menos está amortizando las pérdidas en Prisa con su inversión en una compañía controlada por el Gobierno, Indra, que hace negocio con las mismas guerras que denuncia El País.
EN EL PAÍS IRONIZARON SOBRE LA LEYENDA QUE BARROSO ARRASTRABA
Jordi Gracia, subdirector de Opinión de El País, lamentaba hace unos días las leyendas que han perseguido a Barroso: «La imagen fabricada de un tentacular controlador mafioso de la actividad del grupo fue siempre mentira, por mucho que la derecha mediática repita obstinada e indocumentadamente —en público y en privado, y hasta el mismo día de su muerte— que Barroso era el consiliere, el capo mafia, el condukator del grupo con una intromisión continua en el periódico y en la SER para que todos a una secundásemos a Sánchez y nadie se saliese de la fila. No se sabe bien si mienten a sabiendas, incluso los más vaticanistas, o simplemente no saben lo que dicen, y hablan por hablar como conspiranoicos».
Pepa Bueno y Jordi Gracia ironizaron sobre las leyendas que arrastraba Barroso
La directora del mismo periódico, Pepa Bueno, caminó por el mismo sendero: «Hoy sería uno de esos días en los que nos reiríamos a carcajadas leyendo lo que se está escribiendo de nuevo sobre él, esos superpoderes que le permitían inspirar al sanchismo, asaltar empresas, maniobrar con accionistas, renovar redacciones, diseñar campañas electorales, controlarlas en los mítines, en las redacciones, en las redes, hacer portadas, editoriales, programas, susurrar al oído y cantar habaneras. Todo a la vez en todas partes. Esa caricatura que pasean quienes necesitan creer o hacer creer en grandes conspiraciones para justificar prosaicos fracasos personales».
BREVE PERFIL DE MIGUEL BARROSO
Licenciado en Derecho y en Filosofía y Letras (en la especialidad de Historia Moderna y Contemporánea) en la Universidad de Barcelona, Barroso había enfocado su actividad profesional hacia el ámbito de la comunicación tras ejercer el periodismo en varios medio.
Su trayectoria profesional incluyó trabajos de consultoría sobre medios de comunicación en países iberoamericanos, puestos de responsabilidad en empresas vinculadas a la cultura y ocio, y en grandes grupos de comunicación, marketing y publicidad, hasta que en 2004 fue nombrado secretario de Estado de Comunicación.
Tras dos años en el cargo con luces (RTVE y EFE) y sombras (el reparto de licencias a Cuatro y La Sexta), fue designado director general de la Casa de América por su asesorado José Luis Rodríguez Zapatero. Posteriormente, ante el lógico enfado conservador, se incorporó al gigante publicitario WPP, cuarto accionista de La Sexta.
Fue coautor del libro ‘Crónicas Caribes’ (Editorial El País/Aguilar, 2006) y publicó dos novelas, cuyas tramas se desarrollan en su rincón favorito, Cuba: ‘Un asunto sensible’ (Random House, 2009) y la ‘Amanecer con hormigas en la boca’ (Debate, 1999), que fue adaptada al cine por su hermano Mariano.