Las previsiones de consenso para el mercado suelen ser engañosas, y el año pasado no fue una excepción, ya que el crecimiento estadounidense terminó por encima del 2,5%, muy por encima del 0,3% previsto a principios de ejercicio. Debido a la sólida fortaleza económica de EE.UU., los activos de riesgo también superaron las expectativas del mercado, y la renta variable superó en general a la renta fija. Hoy revisamos los efectos retardados que las políticas monetarias pueden tener en 2024.
El estratega senior de La Française, François Rimeu, recuerda a los lectores de MERCA2 que, actualmente, el consenso del mercado apunta a un aterrizaje suave generalizado, es decir, un crecimiento positivo pero por debajo del potencial entre las economías desarrolladas, con una inflación que volverá gradualmente al objetivo fijado por los bancos centrales, lo que les permitirá iniciar rápidamente un ciclo de bajada de tipos.
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Este último punto suscita, sin duda, nuestra mayor preocupación, especialmente en Estados Unidos. «La rápida desinflación observada en 2023 se debe principalmente a efectos de base negativos muy fuertes que no se espera que se repitan en 2024. La única excepción podrían ser nuevas caídas de los precios de las materias primas, un escenario que nos parece poco probable dada la postura extremadamente negativa sobre el petróleo que ya mantienen los inversores», según señalóe l estratega senior de La Française, François Rimeu.
Una caída de la inflación en 2024 -en particular de la inflación subyacente- podría encontrar un nuevo reto en las actuales tensiones del mercado laboral. La inflación salarial sigue siendo elevada (también es el caso en Europa, al menos en los países del sur), lo que se traduce en una inflación que afecta a los sectores de servicios. Esto podría hacer que las estimaciones del mercado sobre la trayectoria de los tipos de interés oficiales de la Reserva Federal sean demasiado optimistas.
En nuestra opinión, es poco probable que la economía estadounidense se debilite en un futuro próximo. El mercado laboral sigue en muy buena forma, con mejoras de poder adquisitivo para los hogares. Estos últimos siguen disponiendo de un importante excedente de ahorro (las estimaciones se revisan constantemente al alza) junto con unos costes históricamente bajos en el servicio de su deuda. En el pasado, la caída del dólar ha sido un buen indicador de la actividad económica futura y ahora parece señalar un repunte de los indicadores de actividad, sobre todo en el sector manufacturero.
POLÍTICAS MONETARIAS RESTRICTIVAS
Sin embargo, no debemos olvidar los efectos retardados de las políticas monetarias restrictivas, que deberían tener un impacto negativo en el ciclo económico en 2024. Hasta ahora, todo parece estar «bajo control», pero eso podría cambiar rápidamente, como nos recordó la crisis de los bancos regionales estadounidenses en marzo de 2023.
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La situación en la eurozona parece bastante estable. La región experimenta un crecimiento muy débil, y los indicadores adelantados sugieren que esta tendencia se mantendrá. El mercado de trabajo, bastante boyante hasta hace poco, parece haberse deteriorado en Francia y Alemania en los últimos meses. Esto debería contribuir a mantener la tendencia desinflacionista, aunque el fin de los diversos planes destinados a reducir el impacto del alza de los precios de la energía también podría hacer que el proceso de desinflación fuera menos rápido de lo previsto.
La situación en la eurozona parece bastante estable
China sólo muestra algunos signos de aceleración. Las últimas medidas adoptadas por el Gobierno para apoyar el mercado inmobiliario son un paso en la buena dirección, pero no bastan para restablecer la confianza de los consumidores e inversores chinos. Las últimas cifras de impulso del crédito confirman que la economía china ya no se deteriora, pero tampoco experimenta un repunte significativo.