En su segunda temporada, ‘La Promesa’ continúa siendo una de las series más vistas de la televisión. Con más de un millón de espectadores cada día, la ficción de época está arrasando en su paso por TVE, marcando un antes y un después en la historia de este género, ganándose rápidamente el favor de la crítica y el público.
La semana pasada nos quedamos sin episodio el viernes, ya que la cadena decidió dedicar una tarde especial a otra de sus producciones estrella, ‘La Moderna’. Este lunes ‘La Promesa’ ha vuelto pisando fuerte y en su horario habitual, regalándonos una nueva entrega de lo más interesante. Resumimos lo acontecido últimamente y avanzamos lo que podremos ver en el capítulo de esta tarde.
2La muerte de Valentín y el secuestro de María Fernández
Una de las mayores tragedias que estamos viviendo en ‘La Promesa’ es la desaparición de María Fernández tras acudir al pueblo a hacer unos recados. Los miembros del servicio no tardaron en organizar batidas de búsqueda con Abel a la cabeza, pero las intenciones del médico no son otras que reconquistar a Jana, para lo cual está usando mentiras y sucias artimañas. Con Manuel ausente le está siendo más fácil, pues el señorito ha tenido que acudir a visitar a su esposa por recomendación del propio Abel.
Jana y Salvador se encuentran especialmente preocupados, hasta el punto en que Salvador no fue capaz de concentrarse y mantener su puesto como primer lacayo tras la marcha de Mauro. Llegó a cometer algunos errores imperdonables para los marqueses.
Finalmente, gracias a las sospechas de Simona, se descubrió que Valentín era el secuestrador. El joven había decidido encadenar y encerrar a María en una cueva para obligarla a que se enamorara de él. Fue Manuel quien llamó a la Guardia Civil, que en una de sus operaciones disparó a Valentín cuando trataba de huir, asesinándolo en el momento. El problema es que sólo él conocía el paradero de María.
Mientras, la doncella sigue encerrada, sin alimento ni agua, con un hilo de vida. Abel encontró una pista en el cuerpo de Valentín, pero fue Lope quien creyó haber localizado a la doncella antes que nadie. No obstante, se equivocaba. A quien encontró fue a una joven llamada Vera, que huía de su padre maltratador.
La muchacha le rogó a Lope que la ocultara en el palacio hasta que su padre dejara de buscarla, algo a lo que Salvador, profundamente conmovido, accedió. No lo hubiera hecho si hubiera sabido los problemas que Vera le iba a ocasionar. Escapó de su escondite y paseó por todas las estancias del palacio, llegando a encontrarse con la mismísima Cruz. Ante esto, Pía tuvo que tomar cartas en el asunto.