Todos conocemos a alguien que, en pleno invierno y durante una ola de frío polar, persiste en llevar manga corta. Al observar a personas enfrentarse a la nieve, el viento gélido y las escarchas matutinas, e incluso sumergirse bajo cascadas de agua helada, surge la inevitable pregunta sobre qué fuerza o poder especial les permite adaptarse a ese frío. ¿Podría ser el frío un fenómeno psicológico? Existen diversos receptores sensoriales que intervienen en la detección de la temperatura por el sistema nervioso humano, formando parte de la extensa red sensorial que permite al cuerpo percibir estímulos del entorno.
4COMO AFECTA LA TEMPERATURA A LA SALUD MENTAL
El frío no solo afecta físicamente, sino que también influye en la salud mental y el bienestar emocional. Exponerse a temperaturas bajas durante períodos prolongados puede provocar cambios en el estado de ánimo. La necesidad del cuerpo de esforzarse más para mantener la temperatura interna adecuada puede generar sensaciones de fatiga y falta de energía, afectando la motivación y la concentración.
Asimismo, la temperatura baja o trastorno afectivo estacional (TAE) es un ejemplo de cómo algunas personas experimentan cambios emocionales negativos, como tristeza, irritabilidad o apatía, en climas fríos.
