La cerveza, una de las bebidas más antiguas y populares en el mundo, ha sido apreciada a lo largo de la historia por diversas culturas. Su elaboración combina agua, malta, lúpulo y levadura, creando una amplia variedad de estilos con distintos sabores y aromas. Desde las cervezas artesanales hasta las industriales, la diversidad de opciones satisface gustos diversos. La cerveza no solo es una bebida social, sino también un elemento cultural presente en festividades y celebraciones alrededor del globo. Su versatilidad en maridajes gastronómicos la convierte en una compañía perfecta para diversos platillos. A continuación, te contamos cuáles son las diferencias entre las que no están filtradas y las que sí.
5La textura es otra de las diferencias
Además de la apariencia, la textura es otra distinción clave entre la cerveza sin filtrar y la filtrada. La sin filtrar, al retener sedimentos y levaduras, tiende a ofrecer una textura más densa y a veces más cremosa. En contraste, la cerveza filtrada, al haber eliminado estos elementos, suele presentar una textura más ligera y suave. Esta variación en la sensación en boca complementa la diferencia visual, contribuyendo a las características únicas de cada estilo cervecero.