La rebaja del IVA fue uno de los temas que más revuelo tuvo en 2023 a causa de la inflación y el intento por parte de los consumidores de ahorrar y encontrar los productos de menor coste. Una reducción que prohibía que del precio se aprovecharán las empresas para así aumentar sus márgenes de beneficios. El Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó que la rebaja del IVA a los alimentos básicos se prorrogaba y entraba en vigor el 1 de enero de 2024.
Sin embargo, en 2023 esta acción no fue del todo un acierto, porque cuatro de cada 10 alimentos que fueron afectados por la rebaja del IVA se encarecieron en el primer semestre de 2023, como bien informa en un análisis Facua-Consumidores en Acción. Un hecho que el Gobierno no contemplaba y que los clientes en su momento se fueron dando cuenta. El problema es que si siguen con la rebaja del IVA van a seguir subiendo algunos precios.
La medida va a seguir vigente hasta seis meses más, hasta junio. La rebaja del IVA será de un 4% a todos los alimentos de primera necesidad como la leche, los huevos y el pan, entre otros; y del 10% al 5% del aceite y la pasta. En el caso del aceite, la rebaja no es notable por parte de los clientes, pero si no contasen con este % de descuento del IVA el aceite ya estaría rondando los 18 euros fácilmente. El aumento que ha visto el oro líquido en lo que va del 2023, es de un 41% en origen, y un 74% de subida lineal, es decir, en el precio que pagan los consumidores.
LOS BENEFICIOS DE LA REBAJA DEL IVA
La rebaja del IVA en alimentos ha tenido, sin lugar a dudas, beneficios inmediatos para los consumidores. Ha aliviado la carga financiera, permitiendo a las personas destinar más recursos a la compra de productos básicos. Esta reducción se ha convertido en un elemento crucial para mejorar el poder adquisitivo de la población y, por ende, ha sido bien recibida en términos de estímulo económico.
Por otro lado, el sector alimentario también ha experimentado el impacto de esta rebaja. Los productores y minoristas han tenido que adaptarse a los cambios en los márgenes de beneficio debido a la reducción del IVA. Si bien, ha habido un aumento en el volumen de ventas, la pregunta que persiste entre los trabajadores del sector es que si esta dinámica es sostenible a largo plazo.
LA PRÓRROGA DE LA REBAJA DEL IVA TAMBIÉN PUEDE EJERCER PRESIÓN SOBRE LAS FINANZAS PÚBLICAS
Mientras que la medida ha brindado beneficios palpables, la incertidumbre sobre su impacto a largo plazo y su sostenibilidad genera debates sobre la necesidad de un enfoque más equilibrado. Sin embargo, la prórroga de la rebaja del IVA en alimentos puede ser una herramienta valiosa, pero su implementación y gestión son esenciales para garantizar un equilibrio adecuado entre el bienestar social y la estabilidad económica.
Según los últimos datos publicados por la Agencia Tributaria, estas rebajas fiscales han supuesto para las arcas públicas una merma de 1.573 millones de euros enero y noviembre de este año.
LA BAJADA DEL IVA PREOCUPA QUE LOS SUPERMERCADOS SE APROVECHEN
A medida que se prolonga la rebaja del IVA en alimentos, se plantean desafíos adicionales para el sector alimentario. Los productores y minoristas podrían encontrarse en una encrucijada financiera, tratando de equilibrar la oferta y la demanda mientras mantienen márgenes de beneficio sostenibles. Esto podría llevar a ajustes en los precios de los alimentos para compensar las reducciones fiscales.
La incertidumbre sobre la sostenibilidad de la rebaja del IVA en alimentos añade una capa adicional de complejidad. Si bien la medida ha brindado alivio, la prolongación indefinida sin una estrategia clara para abordar las implicaciones económicas a largo plazo podría resultar en un escenario donde los consumidores enfrenten precios más altos en el futuro.
EL PRIMER TRIMESTRE DE 2024 PUEDE OBSERVAR UNA SUBIDA DE PRECIOS A LOS ALIMENTOS QUE PERJUDICARÍA DE FORMA ROTUNDA A LOS CONSUMIDORES
Si las empresas aprovechan la bajada del impuesto para aumentar sus márgenes de beneficios, el efecto sobre el precio final quedaría disipado y, por tanto, la medida perdería todo su efecto. Un hecho prohibido que desde el Gobierno ni aceptan ni permiten.
La secretaria general de Consumo y Juego, Bibiana Medialdea, ha advertido de que el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 tiene capacidad sancionadora «para sancionar estas prácticas en el caso de que se produjeran». «No es suficiente con observar subidas de precios finales, tenemos que estar seguros de que son los márgenes empresariales los que están aumentando», ha subrayado.
