miércoles, 11 diciembre 2024

¿Cómo tratar las altas capacidades en niños? Los consejos de Ohana Psicología

Cuando se habla de niños con altas capacidades, se suele creer que la gestión educativa y del entorno es fácil. Pero la realidad es que esta inteligencia se debe gestionar de forma adecuada para evitar frustraciones o una mala adaptación.

Ante esto, siempre se recomienda acudir a un psicólogo para aprender la forma de saber llevar las actitudes diferenciales, tanto para el niño, como para los padres. Este es el caso de Ohana Psicología, un espacio de psicología especializado en la atención psicoeducativa e infantil.

Identificar las altas capacidades en niños

Los niños que tienen un elevado nivel de inteligencia pueden convertirse en líderes y expertos en su campo de interés. Aunque estas capacidades son sumamente beneficiosas, los padres y tutores tienen la responsabilidad de identificar estos aspectos para facilitar un ambiente estimulante y de apoyo para su crecimiento.

En primera instancia, se deben reconocer las señales que los distinguen, en la mayoría de los casos, suelen tener una gran curiosidad por su entorno y, en el momento de hablar, hacen muchas preguntas. A diferencia de un niño promedio, sus cuestionamientos son más avanzados e, igualmente, su grado de comprensión es más amplio.

En este mismo proceso de crecimiento, suelen hablar más rápido que los niños de su edad y tienen un vocabulario más completo. Cuando una actividad no les parece interesante se aburren con facilidad, pero cuando una les llama la atención son más exigentes y perfeccionistas.

Consecuencias de una mala gestión de altas capacidades 

Si bien la inteligencia puede ser muy positiva, esta característica presenta un desafío para los padres que no cuentan con las habilidades para gestionarlo. En este sentido, siempre se recomienda consultar con un psicólogo experto cuando se identifican estos comportamientos distintivos. Este profesional se encarga de la gestión de estas habilidades, en el caso del niño, y proporciona herramientas a los padres para que puedan adaptar su entorno.

Cuando esto no se realiza, los niños pueden padecer consecuencias psicológicas como una mala asimilación del fracaso, sentimiento de culpa y vergüenza cuando no cumplen con las expectativas.

También puede suceder lo contrario, al contar con más habilidades que el resto, que se relajen y no estimulen sus capacidades, lo que más adelante puede ser un problema en sus resultados.

A su vez, cuando comienzan a crecer, se sienten incomprendidos y diferentes a su grupo de compañeros, por lo que tienden a tener sentimientos de soledad y aislamiento. Esto puede llevarlos a esconder sus capacidades intelectuales para poder encajar en el grupo.

Para evitar esta problemática, se debe realizar un proceso de adaptación que les permita gestionar el fracaso y las conductas derivadas del mismo. En todo caso, la gestión dependerá del tipo de inteligencia que tenga el menor, de esta manera, se le podrá impulsar a buscar respuestas por su cuenta y a entender sus habilidades, mientras los padres son educados para eliminar las expectativas de buenos resultados.

Es así como muchas familias con niños que tienen altas capacidades están gestionando hoy en día sus habilidades de la forma adecuada, gracias a expertos como los de Ohana Psicología.

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