Los ansiolíticos como diazepam (Valium) y lorazepam, son algunos de los medicamentos que la Comisión Europea ha considerado como esenciales. La CE en colaboración con la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) y los directores de las agencias de medicamentos de los Estados miembros, han publicado recientemente la primera lista de la Unión de medicamentos esenciales que incluye 268 fármacos. Entre estos se encuentran, además de los mencionados, antibióticos como amoxicilina, penicilina o azitromicina; anestésicos como la lidocaína; vacunas como la de la hepatitis B o la rabia y analgésicos como el paracetamol.
LISTA DE FÁRMACOS ESENCIALES
¿Qué implica esta lista? El hecho de incluir un medicamento en esta lista no significa que pueda escasear en un futuro y que por tanto se produzca una desabastecimiento del mismo. Básicamente el objeto de la misma es indicar que precisamente es necesario evitar que suceda esto, pues el no disponer de alguno de estos fármacos, podría causar un perjuicio significativo a los pacientes y generar problemas importantes a los sistemas sanitarios.
La comisaria responsable de Salud y Seguridad Alimentaria, Stella Kyriakides, indica que «garantizar un suministro ininterrumpido de medicamentos esenciales es crucial para lograr una Unión Europea de la Salud fuerte. Al publicar la primera lista de la Unión de medicamentos esenciales, estamos cumpliendo nuestra promesa de acelerar los trabajos en este ámbito y de adoptar todas las medidas posibles para evitar el riesgo de escasez para nuestros ciudadanos».
La comisaria responsable de Salud y Seguridad Alimentaria, Stella Kyriakides, indica que «garantizar un suministro ininterrumpido de medicamentos esenciales es crucial para lograr una Unión Europea de la Salud fuert
La publicación responde al compromiso, asumido en la Comunicación de la Comisión sobre cómo abordar la escasez de medicamentos en la UE, de acelerar la elaboración de esta lista, que se anunció originalmente en la propuesta de reforma farmacéutica de la UE. Además, forma parte de los esfuerzos que la UE está realizando en el marco de la Unión Europea de la Salud para garantizar que los pacientes tengan los medicamentos que necesiten, fomentando la seguridad del suministro de medicamentos esenciales y evitando que se produzcan carencias y, por ello, de desabastecimiento.
LA SEGURIDAD DEL SUMINISTRO
La lista, que se elaboró junto con la EMA y todos los Estados miembros de la UE, sigue una metodología estricta para evaluar la esencialidad. Esta se desarrolló inicialmente durante el diálogo estructurado de la Comisión sobre la seguridad del suministro de medicamentos, iniciado en el marco de la Estrategia Farmacéutica para Europa, celebrado en 2021 y que tuvo en cuenta las lecciones aprendidas a raíz de la pandemia de COVID-19.
La lista, que se elaboró junto con la EMA y todos los Estados miembros de la UE, sigue una metodología estricta
Para el vicepresidente responsable de Promoción de nuestro Modo de Vida Europeo, Margaritis Schinas, «la publicación de esta primera lista, de carácter crucial, respalda las medidas preventivas y proactivas, y forma parte del compromiso que se está adoptando para garantizar el acceso continuo de todos los ciudadanos de la Unión a los medicamentos esenciales».
«Es testimonio de nuestra dedicación, ya destacada en la Comunicación de la Comisión sobre cómo abordar la escasez de medicamentos esenciales en la UE y en la propuesta de reforma farmacéutica, y refuerza nuestro compromiso con esta causa. En el momento en que alcanzamos esta meta, nuestro compromiso unitario sigue intacto, impulsando así iniciativas ya en marcha destinadas a combatir la escasez de medicamentos y priorizar la salud pública», añade.
BIOTECNOLOGÍA
De entre los 268 fármacos que se han incluido en esta lista, resulta pertinente destacar que más del 40% de los principios activos utilizados en su elaboración se han desarrollado gracias a la biotecnología, como es el caso de las insulinas y las vacunas, según destaca la Asociación Española de Biotecnología (AseBio).
Desde la aprobación de la primera insulina humana recombinante en 1982, la biotecnología ha transformado el descubrimiento y desarrollo de nuevos fármacos. A lo largo de las cuatro últimas décadas la industria biotecnológica ha marcado el pulso de la medicina con más de 300 medicamentos biotecnológicos aprobados para alrededor de 250 indicaciones diferentes. Cabe señalar que el 69% de los fármacos en desarrollo son fruto del avance de la biotecnología.
Desde la aprobación de la primera insulina humana recombinante en 1982, la biotecnología ha transformado el descubrimiento y desarrollo de nuevos fármacos
Además, actualmente hay un millar de moléculas en distintas fases de investigación en todo el mundo sobre las que se está investigando con el objetivo de encontrar nuevos principios activos terapéuticos o hallar nuevas aplicaciones para los existentes.
Sin duda, la salud se erige como el campo de aplicación que más ha impulsado el desarrollo de la biotecnología a través de soluciones innovadoras. El último ejemplo lo hemos vivido con la pandemia provocada por la COVID-19 y el desarrollo de vacunas seguras y eficaces gracias a la tecnología de ARNm.
Más allá de la COVID-19, la biotecnología se está posicionando como uno de los pilares clave en la protección de la salud global gracias a su capacidad transversal para abordar desafíos en múltiples ámbitos. El sector biotecnológico está demostrando un potencial destacado en la lucha contra la resistencia a los antimicrobianos, el desarrollo de nuevas vacunas, las terapias avanzadas y el diagnóstico y la medicina de precisión.
ANSIOLÍTICOS
En cuanto a inclusión de los ansiolíticos en esta lista de medicamentos esenciales resulta significativo. España es el país del mundo con mayor consumo de benzodiacepinas, a los que pertenecen tanto el diazepam (Valium, de Roche) como el larozepam, medicamentos incluidos dentro del grupo de los hipnosedantes. Estos tratamientos se recetan generalmente para dormir mejor por su efecto ansiolítico, hipnótico y relajante muscular, según datos de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE).
Se estima que en 2020 se consumieron en España casi 110 dosis diarias de ansiolíticos por cada 1.000 habitantes. Sólo Bélgica (84 dosis diarias) y Portugal (80) se acercan a las cifras de España, de las que quedan lejísimos, por ejemplo, países geográficamente cercanos como Alemania (0,04 dosis diarias).
Además, datos más recientes de la encuesta EDADEs 2022 han evidenciado que el 9,7 por ciento de la población española había consumido hipnosedantes con o sin receta en los últimos 30 días, mientras que el 7,2 por ciento de la población reconoce consumir a diario estos fármacos.
Durante la presentación de estos datos, la psiquiatra de la Unidad de Salud Mental Canalejas de Las Palmas de Gran Canaria, Mónica Florido, justificó estas cifras en el hecho de vivir en una sociedad competitiva y estresante en el que se piden unas rutinas demasiado exigentes y en las que parece necesario mantenerse al límite del rendimiento sin angustia y sin claudicaciones. «En este contexto, a muchos les cuesta enfrentarse a los problemas cotidianos y recurren a la química y ansiolíticos para desconectar, mitigar la ansiedad o para dormir. Al fin y al cabo, para evadirse de una realidad cotidiana agobiante».
Esta medicalización de la vida ha provocado que muchas circunstancias que no son patológicas, sino situaciones vitales o de la vida cotidiana que son etiquetadas erróneamente como trastornos de ansiedad o insomnio, acaben siendo tratadas con psicofármacos «en vez de recurrir a una intervención no farmacológica como la educación sanitaria o alguna intervención psicológica, lo que supone una práctica errónea y con potencial iatrogénico».
«A la prescripción de benzodiacepinas le debe preceder un correcto diagnóstico»
«Es importante señalar que las benzodiacepinas no deberían ser el tratamiento de primera elección en estos casos, sino un tratamiento alternativo para casos concretos. En cualquier caso, al abordaje de un cuadro clínico y a la prescripción de benzodiacepinas le debe preceder un correcto diagnóstico y su uso, en cualquiera de las situaciones, debería ser a corto plazo», matizó la experta.
También aseguró que estos hipnosedantes los prescriben en su mayoría médicos, lo que complica abordar su control, a diferencia de lo que pasa con otras sustancias ilegales.
Por último, la experta recordó que los efectos adversos de estos fármacos, entre ellos la tolerancia, la dependencia a largo plazo y otros efectos debidos a su uso prolongado como los accidentes de tráfico, domésticos o laborales, así como otras alteraciones del comportamiento y la conducta.