Las gambas y los langostinos ocupan un lugar destacado en las mesas navideñas. Su versatilidad los convierte en ingredientes imprescindibles para platos festivos. Ya sea en aperitivos, ensaladas o platos principales, su sabor delicado y su textura jugosa añaden un toque especial a las celebraciones. Estos mariscos son símbolos de abundancia y festividad, además de ser apreciados por su exquisito sabor. Su presencia en las cenas de Navidad no solo aporta exquisitez culinaria, sino que también evoca tradición y convivialidad, creando una atmósfera única que hace de estas festividades momentos aún más especiales. A pesar de ello, no deberías de chupar sus cabezas cuando los comas y te contamos la razón de ello a lo largo de este artículo.