La mayoría de las personas sufrimos una escasez de tiempo durante el día debido al ritmo acelerado de nuestras actividades diarias. Este frenesí nos impide abordar las tareas menos urgentes, que vamos postergando hasta encontrar un breve momento de tranquilidad, generalmente justo antes de ir a dormir. En esos momentos, ya sea en el sofá o en la cama, realizamos compras en tiendas virtuales sin prestar atención a los precios, nuestras necesidades reales o si realmente nos conviene adquirir esos productos. La Sociedad Española de Neurología advierte que esta automatización en nuestras transacciones puede tener repercusiones no solo para nuestro bolsillo.
3LA FATIGA NOS HACE TOMAR DECISIONES MENOS MEDITADAS
Por este motivo, realizar compras en línea a altas horas de la noche, a pesar de ser la única opción posible para algunas personas con poco tiempo libre, puede no ser el momento más propicio para tomar decisiones acertadas, según señala la Sociedad Española de Neurología (SEN). Comprar a última hora podría afectar nuestra capacidad de ser consumidores efectivos.
La fatiga acumulada a lo largo del día puede mermar la capacidad de atención y paciencia del comprador, llevándolo a decisiones impulsivas. Bajo estas condiciones, nuestro cerebro tiende a no reflexionar sobre las implicaciones del coste, lo que probablemente resultará en gastos superiores a lo planeado y nos convertirá en consumidores menos eficientes.
