viernes, 22 noviembre 2024

La OPEP combate la devaluación del crudo con una escasez invisible

«¿A quién va a creer, a mí o a sus propios ojos?», decía Groucho Marx. La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) se ha empeñado en imitar al inmortal cómico estadounidense y vender una narrativa contraria a la realidad a la vista de todos: en su último informe del año, el cártel vaticina un escenario de escasez de crudo, a pesar de que los precios están en caída libre y todos los indicadores mercantiles señalan lo contrario.

Con la resaca del acuerdo «transicional» en la cumbre del clima hacia el fin de los combustibles fósiles, los inversores huyen despavoridos del petróleo, cerrando de forma masiva las apuestas a su encarecimiento (las llamadas ‘posiciones largas’) y limitando la presencia en sus carteras de un activo en horas bajas. La causa y a la par consecuencia de estos movimientos ha sido una dura caída en la cotización del hidrocarburo, que el martes se desplomó casi un 4% y acumula ya un 24% de precipicio bajista desde su pico de septiembre.

Ninguna de estas evidencias ha detenido las alarmistas previsiones de la OPEP, que dibujan un escenario de demanda creciente y oferta insuficiente. Las necesidades globales de crudo, según los analistas de la organización, aumentarán a un ritmo constante de 2,2 millones de barriles por día hasta situarse en un promedio superior a los 104 millones de barriles diarios el año que viene, frente a una oferta mundial que se limitará a 102,3 millones de barriles diarios.

LA AIE TAMBIÉN CONTRADICE A LA OPEP

Este miércoles, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) sumó su propia investigación a la montaña de argumentos que desacreditan a la OPEP. En su último boletín mensual de 2023, la agencia sostiene que cada vez hay más pruebas de una desaceleración de la demanda de petróleo, lo que frenará el ritmo de expansión del consumo desde 2,8 millones de barriles diarios (mb/d) en el tercer trimestre a 1,9 mb/d en los tres últimos meses de 2023.

la Agencia Internacional de la Energía (AIE) sumó su propia investigación a la montaña de argumentos que desacreditan a la OPEP

En este sentido, la AIE explica que el deterioro de las perspectivas macroeconómicas ha llevado a una revisión a la baja de sus pronósticos, que previamente había situado en un crecimiento de 400.000 barriles diarios para el último trimestre de 2023. La entidad señalaba la inestabilidad en Europa, Rusia y Oriente Próximos como principales responsables del ajuste.

No obstante, se ha visto obligada a revisar los análisis debido principalmente al impacto de los tipos de interés más altos, que «se está transmitiendo a la economía real, mientras que la actividad petroquímica se traslada cada vez más a China, socavando el crecimiento en otros lugares. Además, apunta la AIE, los estándares de eficiencia más estrictos y una flota de vehículos eléctricos en expansión continúan frenando el consumo de petróleo. Esto se traduce en el ajuste a la baja en el aumento de la demanda mundial de crudo, que en 2023 se queda en 90.000 barriles diarios, hasta 2,3 mb/d; mientras que también se recorta el pronóstico para 2024, hasta un aumento de 1,1 mb/d.

¿ESTÁ INTENTANDO LA OPEP CREAR UNA REALIDAD A SU MEDIDA?

Dejando a un lado las lecturas externas, la OPEP ha emitido un informe que resulta contradictorio con sus propias decisiones. Fueron Arabia Saudí y Rusia, los dos mayores exportadores del mundo y miembros de la OPEP+ (la versión ‘ampliada’ del cártel), quienes han impuesto recortes a su producción de petróleo de 300.000 y un millón de barriles diarios, respectivamente, manteniéndolos de forma sostenida en el tiempo. Están advirtiendo, por tanto, de un embudo en la oferta que ellos mismos han buscado activamente.

Por otro lado, no es descartable que el análisis de la organización esté dirigido a influir en las perspectivas del mercado y dar confianza a los inversores, interceptando así la desvalorización del crudo. Si éste era el propósito, ha tenido un éxito moderado: este miércoles, el barril Brent ha experimentado un leve repunte del 1,25%, hasta los 75,5 dólares.

El pasado noviembre, la OPEP ya salió al paso de la coyuntura de precios bajos, culpando de ésta a la actividad de «los especuladores de los mercados financieros» y proclamando que los fundamentos de mercado son «saludables y favorables», sin importar lo que digan otras fuentes.


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