Durante el invierno, el COVID tiende a aumentar debido a varios factores. Las bajas temperaturas impulsan a las personas a pasar más tiempo en interiores, lo que facilita la transmisión del virus. Además, las festividades y reuniones sociales pueden aumentar los contagios. La temporada también coincide con otros virus respiratorios, sobrecargando los sistemas de salud. Las variantes del virus también han jugado un papel crucial en estos repuntes. Las medidas preventivas, como el distanciamiento social, el uso de mascarillas y la vacunación, siguen siendo cruciales para mitigar la propagación. Sin embargo, el virus ha vuelto más fuerte y con nuevos síntomas que te contamos a lo largo de este artículo.
8Ambas variantes proceden de Omicron
Las dos variantes, la XBB.1.5-like + F456L y la BA.2.86, derivan de la cepa Omicron del virus COVID-19. Estas ramificaciones, aunque asociadas con la misma fuente, muestran características genéticas y comportamientos ligeramente diferentes. El seguimiento y estudio de estas variantes son esenciales para comprender su comportamiento, nivel de contagio y respuesta a las medidas de control, lo que ayuda a ajustar estrategias de salud pública y de vacunación en curso.