El frío y ciertas zaras de perro no se llevan bien. En el fascinante mundo canino, la diversidad de razas es tan vasta como las personalidades que albergan. Sin embargo, entre los peludos compañeros de cuatro patas, existe una peculiaridad climática que no todos comparten con igual resistencia: el frío.
3¡Ya viene el invierno!

Ante el escenario inminente de cambios bruscos de temperatura, es inevitable anticipar las posibles secuelas que esta situación podría acarrear. Muchos de nosotros nos preparamos para recibir el primer catarro de la temporada, conscientes de que las fluctuaciones entre los espacios cálidos e interiores, con la calefacción a todo trapo, y el frío exterior pueden jugar malas pasadas a nuestro organismo.
No obstante, los humanos no son los únicos que sufren las consecuencias de estos vaivenes climáticos. Los animales, en particular los leales perros que comparten nuestros hogares, también experimentan las repercusiones de la caída de las temperaturas. Dada su sensibilidad al frío, estos fieles compañeros pueden enfrentarse a desafíos considerables, ya que su temperatura corporal, naturalmente más elevada que la nuestra, puede desequilibrarse ante cambios repentinos.