En el firmamento de la inteligencia humana, Stephen Hawking emerge como un profeta moderno, cuyas palabras resonaron con un eco ominoso en el universo de la Inteligencia Artificial (IA). Su predicción, tejida con la solemnidad de un científico visionario, ha venido desplegándose en el tiempo con una precisión inquietante.
10Ahora, hay que agregar el desarrollo desaforado de la IA
A esta inquietante perspectiva se añaden ahora los peligros de la inteligencia artificial (IA), otra sombra que podría empeorar las amenazas ya existentes o, incluso, precipitar nuestra propia extinción. Este cruce entre la expansión humana y la creciente influencia de la IA plantea desafíos monumentales, que van desde la gestión de recursos hasta la preservación de la integridad humana frente a la omnipresencia de la tecnología.