La Iglesia española sigue sin tomarse en serio los salvajes crímenes perpetrados en su seno. Tan solo la crisis de vocaciones, y el tímido aperturismo propuesto por el Papa Francisco, han empujado a la Conferencia Episcopal Española a mostrarse abierta a admitir y reparar los casos de pederastia cometidos por sus religiosos.
Pero esta promesa se ha quedado en un brindis al sol, ya que en los últimos meses los obispos han abierto una perezosa investigación a través del portal Paradarluz.com en la que apenas han reconocido a 927 víctimas en España desde 1950.
Paralelamente, la Iglesia española encargó otro informe al despacho Cremades & Calvo Sotelo, que ha decidido paralizar la publicación de los resultados tras cerciorarse que éstos habían sido contaminados desde el interior de su compañía con el fin de mostrar un retrato tan favorable a los negacionistas de abusos generalizados como el citado anteriormente.
El prestigioso bufete está rehaciendo el trabajo tras la salida de uno de sus socios, Alfredo Dagnino, expresidente de la Asociación Católica de Propagandistas y señalado por algunos medios por ser el supuesto inductor de la manipulación.
La Conferencia Episcopal, evidenciando su nerviosismo, ha advertido al despacho de abogados que «si dicha entrega no se produjera en este plazo, se entendería que se habían incumplido los términos de contrato, que en su presentación se estimaron en un año aproximado de duración».
PERIODISMO
La trompetería eclesial está sonando con fuerza para desacreditar el informe de casi 800 páginas encargado por el Defensor del Pueblo, que apoyada en una encuesta de GAD3 asegura que las víctimas en los últimos 73 años rondarían las 440.000.
Ese trabajo del organismo gubernamental capitaneado por Ángel Gabilondo nace al calor de una denuncia de la Cadena SER en Navarra que fue ampliada desde 2018 por un mayúsculo trabajo investigador de El País.
PALO DE LA SER A ABC
ABC hace unos días daba voz a la persona que intentó derribar el trabajo investigador del Defensor del Pueblo y El País con un reportaje firmado por José Ramón Navarro-Pareja que fue publicado este pasado 23 de noviembre bajo el título «Cuelan un caso falso de pederastia en la Iglesia al Defensor del Pueblo y a El País», en el que dio voz a un ciudadano que prestó falso testimonio.
El diario de Prisa salía entonces al quite: «Eliminaremos el caso de la base de datos si el informante retira la acusación». Y el Defensor del Pueblo tildaba de «escrupulosa» su labor investigadora y explicaba que el 7,9% de las denuncias recibidas fueron desechadas.
El diario monárquico de Vocento, que no ha aportado ni un ápice de luz en cuanto a investigación de la pederastia tan extendida en la Iglesia católica, tal y como denunció ayer el programa ‘A vivir que son dos días’ de la Cadena SER, ha insinuado a través de otro texto de Navarro-Pareja que los 440.000 abusados son una «fake new», pese a que la cifra la aporta la casa de encuestas habitual del propio ABC, GAD3.
Eso sí, ni Navarro-Pareja, periodista especializado en religión, ni ABC han sido capaces de recabar todavía ni un solo testimonio de una víctima de abusos perpetrados por quiénes predican la palabra de Dios y sí lo han hecho con testimonios que admiten la intoxicación de un trabajo de una materia tan sensible.
CARETAS FUERA
El País cerraba ayer el círculo al destapar que «un miembro del Opus Dei y funcionario municipal finge ser una víctima para atacar la investigación de la pederastia en la Iglesia». El diario dirigido por Pepa Bueno pone cara al falso denunciante, Alfredo Fernández, funcionario en uno de los feudos municipales del PP madrileño, Pozuelo de Alarcón.
«Un miembro del Opus Dei que es periodista y funcionario en el gabinete de prensa del Ayuntamiento de Pozuelo de Alarcón, Madrid, se ha inventado un caso de pederastia en la Iglesia que envió al correo electrónico abierto por El País para investigar esta lacra, y también a la unidad de atención a las víctimas del Defensor del Pueblo», lamentaba ayer El País.
Fernández, pillado en la falta, asegura que su actuación fue promovida «por un grupo de católicos». «El Opus Dei no tiene nada que ver y no sabe nada de esto, ninguna de las otras personas es del Opus Dei. Es una iniciativa meramente personal», señala este periodista dedicado a desinformar. El funcionario, fundador del conservador Diario de Pozuelo y practicante de obras poco pías como la citada, no se ha atrevido a entonar el mea culpa mientras recibe críticas desde las víctimas de abusos sexuales.
El presidente de Infancia Robada, Juan Cuatrecasas, asegura que personas como Fernández «intentan causar un daño a una empresa y a una institución pública mediante un caso falso. Y eso es muy grave. Están atacando a las víctimas.
Que alguien cometa la osadía de falsear un caso de abusos con el fin de engañar debería ser casi un delito, y la Fiscalía debería tomar nota, porque falsear un testimonio es un fraude». En ‘A vivir que son dos días’ especularon sobre el papel de ABC en la nefasta actuación de Fernández, quizá héroe en algunos sectores tóxicos de la Iglesia tras cometer tal catarata de pecados.