2024 será un año marcado claramente por los tipos de interés, de más bajo crecimiento, pero sin recesión, según han explicado hoy en Madrid los expertos de Deutsche Bank.
La economía española cerrará 2023 con un crecimiento del 2,5%, si bien este aumento del PIB en España se ralentizará el año próximo y aumentará un 1,4% en 2024. Por lo tanto, la economía española se comportaría mejor que el conjunto de la zona euro, donde el endurecimiento de las condiciones financieras está pesando sobre la actividad. En particular sobre la construcción y la inversión.
La evolución del empleo sigue siendo favorable y la prima de riesgo española se moverá entre los 100 y los 110 puntos gracias al mecanismo de ajuste de la Unión Europea, lo que se traducirá en una evolución para el Ibex 35 similar a la de sus homólogas europeas (en torno al 7,5% en el Stoxx 600).
Esperan que continúe la buena evolución de las financieras del selectivo español, que son uno de los sectores que más les gustan a nivel global junto con la tecnología estadounidense (Siete Magníficos), financiero europeo y japonés, consumo discrecional, industriales y energía. Dicho de otra manera, más tecnología made in USA y más empresas cíclicas europeas.
CRECIMIENTO SÍ, RECESIÓN NO PARA 2024
En cuanto a Europa, Deutsche Bank estima que el crecimiento del PIB en la zona euro cerrará 2023 en torno al 0,7% de media; cifra similar a las previsiones para 2024, pues se espera que la actividad económica siga siendo moderada, si bien el aumento de la renta real disponible sería un factor estabilizador.
Por su parte, la economía de EEUU también se mantendrá resistente, con un crecimiento del 2,3% en el conjunto de 2023. A pesar del fuerte impulso económico, se avanza en el reequilibrio del mercado laboral y en la contención de la inflación. No obstante, se prevé una ralentización en el primer semestre, a medida que se elimine el exceso de ahorro y la economía refleje los efectos del endurecimiento monetario, creciendo en el entorno del 0,8% en 2024.
En China el apoyo monetario y fiscal debería proporcionar un contexto favorable para la inversión interna y para el empleo el próximo año, aunque los problemas en el sector inmobiliario seguirán minando el crecimiento a corto plazo. Además, la reducción de la tasa de ahorro de los hogares debería seguir favoreciendo al consumo privado. En consecuencia, se prevé un crecimiento del PIB chino del 4,7% en 2024.
Los acontecimientos políticos internos influyen cada vez más en las agendas de la política exterior, y 2024 será el año electoral más importante de la historia.
En este contexto, Rosa Duce, Chief Investment officer de Deutsche Bank en España ha explicado que “aunque la economía mundial pueda debilitarse ligeramente a corto plazo, se espera que la inflación se mantenga firme debido a una serie de factores, como la continua rigidez de los mercados laborales”. Así las cosas, “los tipos de interés se mantendrán altos a ambos lados del Atlántico y los bancos centrales iniciarían sus ciclos de recortes a lo largo de 2024”, ha subrayado.
De este modo, se espera una inflación todavía del 2,9% en 2024 en la zona euro y que el BCE mantenga sin cambios sus tipos de interés durante el primer semestre de 2024. En Estados Unidos, según las previsiones, la inflación se situará en el 2,8% (media anual) el próximo año, debido a una menor actividad y a un debilitamiento del mercado laboral. Vamos, que la inflación se está moderando, pero se mantendrá por encima de los objetivos de los bancos centrales en 2024.
Su previsión es una bajada de tipos de 75 puntos básicos en Estados Unidos primero y en la zona euro después, con entre uno y dos meses de diferencia entre ellos.
2024 TAMBIÉN SERÁ UN BUEN AÑO PARA LA RENTA FIJA
Por tipo de activo, en renta fija, Deutsche Bank considera que la mejora prevista de las condiciones crediticias a finales de 2024 beneficiará al crédito IG (Investment Grade/grado de inversión) en dólares, mientras que el entorno económico benigno favorecerá al crédito IG denominado en euros.
Aunque los niveles de rentabilidad seguirán siendo elevados en los bonos High Yield en dólares, los posibles problemas de refinanciación de los emisores de menor calificación reducirán su atractivo en 2024. Asimismo, se espera un estrechamiento de los diferenciales en los bonos soberanos y corporativos emergentes.
En renta variable es probable que las bolsas sigan muy influidas por la evolución de la renta fija. En general, a largo plazo, la caída de los rendimientos de los bonos debería ser favorable, en particular para las empresas de pequeña capitalización, afectadas por el aumento de los costes de financiación. Los valores sustitutivos de los bonos, como las utilities, también deberían obtener mejores resultados, aunque probablemente, habrá que esperar a que los bancos centrales den más señales de que iniciarán el ciclo de rebajas de tipos. Su previsión de revalorización para el S&P 500 es de un 8%.
“En términos de rentabilidad, la renta fija será un activo muy interesante en 2024 y en renta variable la atención seguirá centrada en las perspectivas de beneficios empresariales, que podrían aumentar en términos anuales en los próximos trimestres y, por lo tanto, a lo largo del próximo año”, ha explicado Alejandro Vidal, responsable del equipo de Investment Managers de Deutsche Bank España. En esta línea, dado que es probable que la política monetaria de la Fed y del BCE se muevan al unísono, con rebajas en ambos casos de 75 puntos en el año, “prevemos que el EUR/USD se sitúe en 1,10 a finales de 2024”, concluye.
2024 probablemente no sea un gran año para los movimientos de las divisas, pero las razones subyacentes de su fortaleza seguirán siendo importantes: no siempre es beneficioso.
A medida que los bancos centrales pasen de las subidas de tipos a los recortes, el oro debería beneficiarse en el mercado de materias primas (precio objetivo a diciembre de 2024 de 2.250 dólares).
En este sentido conviene recordar: El oro reta a la Bolsa como activo con mejor revalorización en 2023
Igualmente, respecto a los precios del petróleo, se espera que los miembros de la OPEP continúen con sus recortes de producción a corto plazo y es probable que los precios suban modestamente (precio objetivo para el Brent de 88 dólares) si bien los riesgos geopolíticos podrían desencadenar otros movimientos.