Siempre queremos simplificarnos las cosas y con los alimentos más. En nuestra búsqueda constante por simplificar la vida y conservar alimentos, la congelación se ha convertido en una práctica común en la mayoría de los hogares. Sin embargo, detrás de la aparente conveniencia, se esconde un secreto que muchos desconocen: hay alimentos que nunca deberíamos congelar, a pesar de que inadvertidamente lo hacemos.
2Congelarlos parece una solución ideal
Aunque la congelación puede parecer una solución práctica para preservar esos ingredientes que queremos conservar para otra ocasión, es crucial reconocer que su aplicación indiscriminada puede tener consecuencias negativas. Texturas que se desmoronan, sabores que se desvanecen y, lo que es más preocupante, posibles riesgos para la salud, son algunas de las complicaciones que podrían surgir si congelamos alimentos que no deberíamos.
No se trata solo de una cuestión de sabor o textura; la seguridad alimentaria también está en juego. Al congelar alimentos inapropiados, se desencadenan transformaciones en su estructura molecular que no solo afectan el paladar, sino que pueden poner en peligro nuestra salud.