En la implacable red de carreteras, el radar móvil acecha como guardián invisible de la velocidad. Pero, ¿qué sucede cuando estos vigilantes infranqueables aparecen sin previo aviso, emitiendo multas sin que te des cuenta? En esta odisea moderna de la conducción, es crucial conocer tus derechos y las estrategias que te permitirán esquivar las sanciones injustas.
2¿Sabías que hay un radar móvil?
Los radares móviles, como su nombre indica, carecen de un punto fijo kilométrico predefinido, destacándose por su capacidad para desplazarse a lo largo y ancho de la red viaria española. Una de las formas más comunes en las que estos dispositivos móviles se presentan es a través de los coches de la Guardia Civil, que, dotados con la tecnología necesaria, pueden operar como unidades móviles de control de velocidad.
Es importante destacar que este radar móvil no requiere ser anunciados previamente, y su ubicación puede ser prácticamente cualquier punto de la red viaria. Esta particularidad se respalda en un Real Decreto, parte integrante del Reglamento de Circulación, que legitima la capacidad de la DGT para desplegar estos dispositivos sin la obligación de señalizarlos con antelación. Este aspecto contrasta con la normativa aplicada a los radares fijos, los cuales, por regla general, deben ser anunciados previamente mediante la correspondiente señalización.