Internet se ha acabado comiendo a las consolas por dentro y las está adelgazando. El pasado viernes Sony Group lanzó en Japón un nuevo modelo de PlayStation 5, más delgadita, liviana, con mayor eficiencia energética que el primer modelo y con la unidad de disco Blu-ray casi desaparecida, es decir, convertida en un modelo opcional. Esta es la primera ocasión en los 30 años de existencia de PlayStation que el dispositivo ya no trae la unidad de disco incorporada. Por otro lado, en Redmond, Washington, Microsoft ya está planeando dos nuevas consolas Xbox sin disco para las vacaciones de 2024, según documentos publicados el pasado septiembre.
Si echamos las vista atrás podremos recordar cómo a principios de este siglo XXI había verdaderas guerras entre las tecnologías Blu-ray y HD DVD, y también entre las PlayStation y Xbox, y todas esas carreras para ver quién ganaba las han perdido todos, porque el ganador es Internet. Según han publicado en Bloomberg, solo hay que fijarse en que con plataformas como Netflix, Spotify y Steam se puede satisfacer todas nuestras necesidades de entretenimiento en prácticamente cualquier dispositivo capaz de conectarse a la red.
Según una investigación de Newzoo, está muy claro que internet es la vía por la que se realizaron el 98% de compras de videojuegos de PC el pasado año, a través de tiendas digitales como Steam, de Valve. En el caso de las consolas, esa cifra se redujo al 72%, aunque los propietarios de PlayStation en 2021 compraban más copias físicas que digitales.
Al parecer hay múltiples razones para que se produzca esa brecha entre PC y consola. Por un lado, Steam irrumpió en los ordenadores de escritorio mucho antes de que los fabricantes de consolas adoptaran Internet. Por otra parte, los PC tienen más almacenamiento para albergar las descargas de tus juegos. Y además, los ordenadores portátiles para juegos modernos abandonaron la unidad de disco hace años.
LA PLAYSTATION Y SUS RIVALES SERÁN DIGITALES
Esa obstinada lealtad a los juegos físicos y la pasión por construir una colección de cosas tangibles es más evidente entre los usuarios de la plataforma de Nintendo, donde los cartuchos albergan clásicos modernos como The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom. El informe de beneficios de Nintendo hechos públicos la semana pasada mostraron una división casi perfecta entre las ventas de juegos digitales y los físicos para Switch: el 50,2% ya fueron digitales.
Hay todavía muchos «rezagados» que se resisten a no atesorar sus copias físicas de los juegos que más les gustan y que no se pueden eliminar con la facilidad de un archivo instalado, porque son objetos queridos, coleccionados y que evocan recuerdos de buenos ratos ante la pantalla. Pero el sentimentalismo se va a cabar en esta época en la que las empresas y los productos se obtienen a base de suscripciones. iPhone de Apple ofrece Apple Arcade, Apple News+, Apple TV+ y Apple Music. Android de Google nos hacen cantos de sirena con Google One, YouTube Premium, YouTube Música y YouTube TV. Y en el mundillo de los juegos están a nuestro alcance Xbox Game Pass y PlayStation Plus.
A quienes sin duda les gusta más lo digital es a los fabricantes de las consolas, porque como son los dueños de los «escaparates» digitales de las tiendas, saben que las claves no se pueden revender de segunda mano
Las copias físicas de los juegos se han convertido ahora tan solo en un montón de cifras y letras en forma de claves que se pueden jugar online, o de una forma que consigue que sus componentes online y de seguimiento de estadísticas sean imprescindibles, porque al final todo los gamers les gusta poder presumir de sus victorias en sus perfiles, en vez de apuntarlas a boli en la caja del juego físico.
Ya en 2020 Sony puso en el mercado dos versiones de la consola PS5, una llevaba disco y la otra no. la que no tenía ese componente era un modelo más esbelto, y no suponen problema alguno si se elige y luego el jugador se arrepiente, porque se puede agregar la unidad de disco si así lo quieren más adelante.
A quienes sin duda les gusta más lo digital es a los fabricantes de las consolas, porque como son los dueños de los «escaparates» digitales de las tiendas, saben que las claves no se pueden revender de segunda mano. Y, además, como no tienen competencia con otras líneas de distribución minoristas o mercados secundarios, mantienen los precios tan altos como les da la real gana. La gente, enseguida se acostumbra a lo digital, y las empresas pueden impulsarlo hacia suscriptores que generen clientes más leales.
El año que viene ya Sony habrá cumplido un año de ventas de la nueva consola y Microsoft ya llevará un par de meses de su gira de promoción previa al lanzamiento de las Xbos que ya van a ser exclusivamente digitales. También Nintendo acabará tratando de virar a los jugadores a su tienda digital. El camino va hacia la desaparición de los componentes físicos. Entonces ¿cómo vamos a poner bajo el árbol de Navidad en Nochebuena, y en los zapatos el día de Reyes los videojuegos envueltos en papel de regalo?