Una calefacción eficiente en invierno es crucial para el bienestar y la comodidad. En climas fríos, proporciona un ambiente cálido y acogedor que protege de las bajas temperaturas, previene enfermedades relacionadas con el frío y mejora la calidad de vida. Además, una buena calefacción ayuda a regular la humedad en el interior, evitando problemas de salud como sequedad en la piel o irritación en las vías respiratorias. Facilita la productividad en el trabajo y el rendimiento académico al mantener un entorno confortable. A nivel económico, una calefacción eficiente reduce costos energéticos y, al utilizar fuentes más limpias, contribuye a la sostenibilidad ambiental. Mucha gente se pregunta si es mejor dejarla puesta al irse de casa o bajar la temperatura. Resolvemos esta gran duda a lo largo de este artículo.
7Y por la noche lo suyo es apagarla
Por la noche, apagar la calefacción es una práctica común y eficiente desde el punto de vista energético. Durante el sueño, la temperatura ambiente puede disminuir ligeramente sin que resulte incómodo. Esto ahorra energía y reduce costos sin sacrificar la comodidad. Muchos sistemas de calefacción tienen programaciones automáticas que permiten ajustar la temperatura para que se eleve antes de despertar por la mañana. Apagarla por la noche es una estrategia efectiva para optimizar el consumo de energía y mantener un ambiente confortable.