sábado, 23 noviembre 2024

Cambia el gazpacho tradicional por este hecho con fresas

El gazpacho es una sopa fría típica de la gastronomía española que se elabora a base de tomate, pepino, pimiento, ajo, pan y aceite de oliva. Sin embargo, en los últimos años, han surgido versiones de gazpachos que incorporan frutas como el melón, la sandía o la fresa, entre otras.

Los gazpachos de frutas se han convertido en una alternativa refrescante y saludable al gazpacho tradicional. Estas nuevas versiones tienen un sabor dulce y fresco que resulta ideal para los días de calor. Además, al estar elaborados con frutas, son una excelente fuente de vitaminas y antioxidantes.

Una de las ventajas es su versatilidad. Se pueden elaborar con una gran variedad de frutas, lo que permite experimentar con diferentes sabores y texturas. Por ejemplo, el gazpacho de melón es muy popular por su sabor dulce y su textura suave y cremosa. Por su parte, el gazpacho de fresa es ideal para los amantes de los sabores ácidos y frescos.

A pesar de todas estas ventajas, algunos puristas culinarios critican los gazpachos de frutas por no ser fieles a la receta tradicional. Sin embargo, la evolución de la cocina es inevitable y, en muchos casos, necesaria. Los gazpachos de frutas son una muestra de cómo se pueden reinventar platos tradicionales para adaptarlos a los gustos y necesidades del siglo XXI.

Son una alternativa refrescante y saludable al tradicional. Si todavía no has probado los gazpachos de frutas, ¡anímate! Y para empezar, aquí te enseñamos como hacer gazpacho de fresas rápido y sencillo.

fresas©iStock Merca2.es

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Modo de preparación

Empezamos pelando los 500 g de tomates, pelándolos y partiéndolos en cuatro trozos. Los añadimos a un bol donde iremos echando el resto de ingredientes del gazpacho.

Seguimos con las fresas, primero las lavamos y luego les quitamos el tallo para partirlas en mitades y juntarlas con los tomates.

Lavamos el pimiento verde, lo cortamos y añadimos al bol. Lo mismo hacemos con el pepino, lo lavamos, pelamos, cortamos en trozos más o menos regulares y lo mezclamos con los demás ingredientes. Por último, le agregamos la media cebolla cortada y el diente de ajo.

Cuando ya hemos acabado con los ingredientes grandes, continuamos con el aliño. Ponemos a la mezcla la cucharada de sal, el aceite y el vinagre y comenzamos a triturar todo junto hasta que quede homogéneo. Si no os gusta que tenga trozos podéis pasarlo por un colador y así conseguiréis una textura más fina.

Lo llevamos a la nevera para servirlo frío. Cuando llegue el momento, puedes acompañarlo en su presentación en un bol con unas hojas de menta o unos trozos de fresa troceada. ¡Y a disfrutar!

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