El Comité de Política Monetaria del Banco de Inglaterra ha decidido mantener el tipo de interés de referencia para sus operaciones en el 5,25%, su nivel más alto desde abril de 2008, según ha anunciado la institución.
«La política monetaria deberá ser lo suficientemente restrictiva durante el tiempo suficiente para que la inflación vuelva al objetivo del 2% de forma sostenida a medio plazo», ha afirmado el Banco de Inglaterra, que ha avisado de que «podría ser necesario» un endurecimiento adicional si la inflación persiste.
Así, el instituto emisor ha decidido no reanudar la secuencia de catorce incrementos consecutivas en el precio del dinero, que ya interrumpió en septiembre. No obstante, en esta ocasión, la votación ha estado menos reñida que en la cita precedente, con seis de sus miembros a favor de pausar los tipos frente a los tres que abogaban por una subida de 25 puntos básicos.
En la cita de hace seis semanas, el aumento de tipos en 25 puntos contó con cuatro votos a favor frente a los cinco que abogaron por mantenerlos inalterados, que finalmente se impusieron.
El Comité ha afirmado que ha habido pocos cambios en cuanto a la persistencia de la inflación en el país desde septiembre, mientras que sí se han observado «algún impacto» de la política monetaria restrictiva sobre el mercado laboral y los niveles de actividad.
PREVISIONES MACRO
Asimismo, el Banco de Inglaterra estima que la inflación caerá «con fuerza» en el cuarto trimestre al 4,75% desde el 6,7% del tercero para, después, quedarse en el 4,5% en el primer trimestre de 2024 y al 3,75% en el segundo.
Esta moderación se producirá por el menor encarecimiento de la energía, los bienes básicos y de los alimentos, y a partir de enero, también de los servicios. De esta forma, la inflación será del 2% a finales de 2025.
el Banco de Inglaterra estima que la inflación caerá «con fuerza» en el cuarto trimestre al 4,75% desde el 6,7% del tercero para, después, quedarse en el 4,5% en el primer trimestre de 2024 y al 3,75% en el segundo
Sin embargo, el banco ha recordado que los riesgos están sesgados al alza por el posible impacto energético derivado de la guerra entre Israel y Hamás y por los efectos de segunda ronda, que se espera que tarden «más en desvanecerse de lo que tardaron en aparecer».
En cuanto al producto interior bruto (PIB), el Comité ha pronosticado un estancamiento en el tercer trimestre y un crecimiento del 0,1% en el último tramo del año. Esto implica en ambos casos un empeoramiento desde las previsiones de agosto.