El colesterol desempeña un papel fundamental en el funcionamiento del cuerpo, participando en la producción de hormonas sexuales y tiroideas, así como en la síntesis de ácidos biliares esenciales para la digestión de grasas. Sin embargo, los problemas surgen cuando estas moléculas de grasa se acumulan en las arterias, lo que conduce gradualmente al estrechamiento de estas y, finalmente, a la arteriosclerosis, un factor de riesgo significativo para enfermedades cardiovasculares como los infartos y los ictus.
9CUIDAR LOS HÁBITOS DE VIDA ES FUNDAMENTAL
Además del tratamiento médico, las personas con niveles elevados de colesterol deben priorizar hábitos de vida saludables para regular sus niveles y prevenir el progreso de la arteriosclerosis. Esta enfermedad es un proceso gradual en el que los lípidos se acumulan en las arterias formando placas que aumentan el riesgo de rotura u obstrucción. Aunque no existe un solo nutriente que pueda «limpiar» las arterias, una dieta equilibrada y buenos hábitos pueden mantenerlas sanas y flexibles.
Estos hábitos incluyen:
- Aumentar la ingesta de verduras, hortalizas, frutas, legumbres, frutos secos, semillas, cereales integrales y usar aceite de oliva como fuente de grasa saludable.
- Consumir pescado al menos tres veces por semana, especialmente pescado azul debido a su contenido en ácidos grasos poliinsaturados.
- Reducir o eliminar el consumo de grasas saturadas, presentes en carnes rojas, productos de bollería industrial, alimentos precocinados y congelados.
- Optar por lácteos desnatados, ya que tienen menos grasa.
- Dejar de fumar, porque esto ha demostrado reducir los niveles de colesterol LDL (el «malo») y aumentar el HDL (el «bueno”).
- Limitar el consumo de alcohol, ya que puede elevar los niveles de colesterol en sangre.
- Realizar ejercicio físico de forma regular, especialmente ejercicios aeróbicos como caminar a buen ritmo a diario.
