A pesar de que pueda parecer un poco raro, caminar hacia atrás es una actividad que puede aportar una serie de beneficios comprobados: contribuye a la pérdida de peso, mejora el equilibrio, alivia el dolor lumbar, fortalece músculos subutilizados, protege las articulaciones y favorece la función pulmonar. Es más fácil de lo que parece y existen varios niveles de dificultad para aquellos que quieran aumentar el reto y el gasto calórico. Además, se puede practicar al aire libre o en una cinta de caminar.