Pocas series logran la enorme hazaña de la que puede presumir ‘Amar es para siempre’. En su duodécima temporada, la ficción sigue sorprendiendo al público mediante acontecimientos de lo más inesperados: asesinatos, regresos, secretos, investigaciones policiales… Todo eso y mucho más estamos pudiendo ver durante las últimas semanas.
El capítulo de este viernes tendrá nuevas sorpresas. No sólo veremos a Lola, a Daniel y a Malena enfrentarse a difíciles situaciones. La suerte de Victoria no mejorará, pues tendrá que asumir la pérdida irremediable de su amor verdadero. Resumimos lo acontecido en estos últimos episodios y avanzamos lo que va a ocurrir muy próximamente.
2Crespo vuelve a caer en las redes de Elena

Mientras tanto, Sofía e Isidro continuaron investigando. Con la agenda de Iván en su poder, han contactado con Trini, una bailarina que trabajó hace tiempo para él y que podría darles información.
Sin embargo, Isidro está dejando un poco de lado la investigación debido a su romántico reencuentro con Valeria, su antiguo amor. La mujer ha llegado a Madrid con la intención de emprender una relación con él ahora que su marido ha fallecido. Aunque todavía siente algo por Sofía, Isidro ha decidido seguir adelante junto a Valeria.
Los que se mueven entre el amor y el odio son Benigna y Mauricio Peñalara. Tras su improvisado beso, no han dejado de sentirse incómodos el uno en presencia del otro. Pero esta incomodidad ha dado paso de nuevo al odio más absoluto, pues Benigna ha descubierto que Peñalara ha incumplido su pacto de jugar limpio. La guerra ha llegado a tal punto en que la mujer le ha amenazado con contarle a todos que es un mal hijo, pues no visita a su padre moribundo.
Por su parte, Elena no es capaz de olvidar a Crespo, y se ha propuesto reconquistarlo. En el último episodio le veíamos caer de nuevo en sus redes bajo la esperanza de que se divorcie de Federico. Por otra parte, Malena volverá muy pronto de la acampada en la que ha celebrado su cumpleaños. Los Quevedo han hecho un pacto para ocultarle todo lo ocurrido con Lola.
Por último, encontrábamos a Marcelino desesperado tras ver cómo El Asturiano se había convertido en un plató de televisión. Sin embargo, ha tenido que grabar el piloto para evitar pagar una multa. Este primer programa acabó resultando un desastre, pues el hombre no paró de fallar por los nervios.