Las bebidas energéticas están bajo la lupa de las autoridades de la salud. Cada vez son más los menores que consumen regularmente este tipo de refrescos sin ser conscientes de los riesgos que esto conlleva para su salud. Los datos disponibles respaldan esta preocupación. Ya en 2013, se emitieron advertencias desde Europa al informar que un 16% de los niños de entre 3 y 10 años consumían bebidas energéticas en más de cuatro ocasiones por semana. En España, una encuesta realizada entre jóvenes de edades comprendidas entre 14 y 18 años reveló que un 45% de ellos habían consumido este tipo de bebidas en el último mes.
7EFECTOS NEUROLÓGICOS
El consumo excesivo de bebidas energéticas puede tener un impacto significativo en la salud neurológica y mental, tanto en menores como en adultos. Desde el punto de vista neurológico, el consumo abusivo de estas bebidas puede afectar el funcionamiento del sistema nervioso en individuos de todas las edades, especialmente cuando se consumen más de 400 mg de cafeína al día de manera habitual.
El consumo excesivo de bebidas energéticas puede influir en circuitos nerviosos específicos, lo que puede dar lugar a una serie de consecuencias. Estas pueden abarcar trastornos del sueño, dolores de cabeza, un estado de hiperalerta prolongado, agitación y, en casos extremos, crisis de convulsiones.