Las bebidas energéticas están bajo la lupa de las autoridades de la salud. Cada vez son más los menores que consumen regularmente este tipo de refrescos sin ser conscientes de los riesgos que esto conlleva para su salud. Los datos disponibles respaldan esta preocupación. Ya en 2013, se emitieron advertencias desde Europa al informar que un 16% de los niños de entre 3 y 10 años consumían bebidas energéticas en más de cuatro ocasiones por semana. En España, una encuesta realizada entre jóvenes de edades comprendidas entre 14 y 18 años reveló que un 45% de ellos habían consumido este tipo de bebidas en el último mes.
5UN PELIGRO PARA EL CORAZÓN
El consumo de bebidas energéticas representa un riesgo significativo para la salud del corazón, tanto en menores como en adultos, y existen dos problemas fundamentales relacionados con ello, según explica Manuel Anguita, presidente de honor de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).
El primer problema está relacionado con la alta concentración de cafeína en estas bebidas. Una lata de 250 mililitros contiene aproximadamente 80 miligramos de cafeína, una cantidad alarmantemente elevada. Estudios científicos han demostrado que cuando la ingesta diaria de cafeína supera los 160 miligramos, existe un efecto nocivo sobre el sistema cardiovascular. Anguita destaca que el consumo de dos latas de este tamaño podría llevar a problemas cardiovasculares, como bruscas y significativas elevaciones de la presión arterial, que incluso pueden desencadenar eventos como accidentes cerebrovasculares, hemorragias, taquicardias o infartos de miocardio debido al aumento de la frecuencia cardíaca y la vasoconstricción causada por el aumento de la presión arterial.