A lo largo de nuestra vida, nos vemos inmersos en numerosas situaciones que ejercen un impacto directo en nuestra salud física y mental. Uno de los factores determinantes en nuestro bienestar está vinculado estrechamente con la salud de nuestras finanzas.
Ya sea una deuda que tememos no recuperar, enfrentar un gasto inesperado, caer víctimas de una estafa, o lidiar con dificultades para llegar a fin de mes, son múltiples los desencadenantes potenciales de una crisis financiera. Y, por supuesto, sufrimos las consecuencias a nivel psicológico y emocional.
8INTERMITENCIA ECONÓMICA
Las personas que experimentan esta situación tienen un patrón financiero constante de altibajos, y una gran inestabilidad. No ganan lo suficiente para realizar cambios significativos en sus vidas personales, pero tampoco ganan tan poco como para estar en dificultades financieras constantes.
Logran llegar a fin de mes, pueden darse algunos lujos, pero no tienen un excedente económico. Adquirir educación financiera, conocimientos y habilidades básicas es fundamental en estas situaciones. Esto les ayudaría a tomar decisiones financieras adecuadas en su vida diaria y evitar situaciones de desequilibrio económico constante.