A lo largo de nuestra vida, nos vemos inmersos en numerosas situaciones que ejercen un impacto directo en nuestra salud física y mental. Uno de los factores determinantes en nuestro bienestar está vinculado estrechamente con la salud de nuestras finanzas.
Ya sea una deuda que tememos no recuperar, enfrentar un gasto inesperado, caer víctimas de una estafa, o lidiar con dificultades para llegar a fin de mes, son múltiples los desencadenantes potenciales de una crisis financiera. Y, por supuesto, sufrimos las consecuencias a nivel psicológico y emocional.
4MANTENER LA MENTE FRÍA
Si no logramos este equilibrio, lo más probable es que experimentemos algunas de las afecciones mencionadas, como inseguridad, tensión, insomnio, ansiedad y enfermedades de cierta gravedad. Llegados a este punto, lo más importante es mantener la calma, ya que necesitamos tener la mente clara y serena para poder tomar decisiones racionales y sensatas. Lo ideal es elaborar un presupuesto detallado, listar todos los gastos y abordar la raíz del problema para encontrar soluciones adecuadas.