A lo largo de nuestra vida, nos vemos inmersos en numerosas situaciones que ejercen un impacto directo en nuestra salud física y mental. Uno de los factores determinantes en nuestro bienestar está vinculado estrechamente con la salud de nuestras finanzas.
Ya sea una deuda que tememos no recuperar, enfrentar un gasto inesperado, caer víctimas de una estafa, o lidiar con dificultades para llegar a fin de mes, son múltiples los desencadenantes potenciales de una crisis financiera. Y, por supuesto, sufrimos las consecuencias a nivel psicológico y emocional.
3¿QUÉ ENTENDEMOS POR SALUD FINANCIERA?
La salud financiera puede definirse como el estado de bienestar que se logra a través de una adecuada gestión de las finanzas personales, familiares o empresariales. Gastar menos de lo que se ingresa, tener un control eficiente de las deudas y créditos, y contar con ahorros e inversiones a largo plazo, generalmente son indicativos de una economía sólida.