Hoy, martes 24 de octubre, la Unión Europea (UE) ha sacado adelante una normativa comunitaria dirigida a que los estados miembros se provean de una legislación concreta que permita delimitar el alcance y naturaleza de los ‘Bonos Verdes’ Europeo, en aras de arrinconar el ‘ecopostureo’ e impedir la utilización espuria del distintivo.
En concreto, los Veintisiete han adoptado un reglamento por el que se crea el primer estándar de bonos ambientales de la UE, con el fin de garantizar que las emisiones de deuda que lleven este distintivo estén alineadas con la financiación del crecimiento sostenible y la transición hacia una economía climáticamente neutra y eficiente en el uso de los recursos.
UN REGLAMENTO PARA EVITAR LA BASTARDIZACIÓN DE LOS ‘BONOS VERDE’
El reglamento, que entrará en vigor 20 días después de su publicación en el Diario Oficial de la UE, establece una serie de requisitos uniformes para los emisores de bonos que deseen utilizar la denominación ‘bono verde europeo’ o ‘EuGB’ para sus bonos medioambientalmente sostenibles.
Los bonos ambientalmente sostenibles funcionan como instrumento para financiar inversiones relacionadas con tecnologías verdes, eficiencia energética y eficiencia de recursos, transporte sostenible e investigación
Los bonos ambientalmente sostenibles son uno de los principales instrumentos para financiar inversiones relacionadas con tecnologías verdes, eficiencia energética y eficiencia de recursos, así como infraestructuras de transporte sin emisiones e infraestructuras de investigación sostenibles. Los ‘bonos verdes’ europeos se alinearán con la taxonomía de la UE para actividades sostenibles y se pondrán a disposición de inversores de todo el mundo.
Los emisores podrán demostrar que están financiando proyectos verdes legítimos alineados con la taxonomía de la UE, al tiempo que la confianza de los inversores en la inversión verde mejorará gracias a un marco que reduzca los riesgos que plantea el ‘ecopostureo’ y, en última instancia, estimule los flujos de capital hacia proyectos ambientalmente sostenibles.
Asimismo, el reglamento establece un sistema de registro y un marco de supervisión para los revisores externos de los bonos verdes europeos. Los revisores externos garantizan el cumplimiento de las leyes comunitarias en la materia, y en particular la conformidad con la taxonomía de los proyectos financiados mediante emisiones de deuda. Estos inspectores se registran ante la Autoridad Europea de Valores y Mercados (AEVM) y tienen que cumplir las condiciones de registro de forma permanente.
LA NUEVA NORMATIVA PONE COTO AL ‘ECOPOSTUREO’ EXIGIENDO QUE Todos los ingresos de los bonos verdes europeos SE INVIERTAN en INICIATIVAS alineadas con la taxonomía de la UE para actividades sostenibles
Para evitar el ‘ecopostureo’ en el mercado de bonos verdes en general, el reglamento también establece algunos requisitos de divulgación voluntaria para otros bonos ambientalmente sostenibles y bonos vinculados a la sostenibilidad emitidos en la UE.
Todos los ingresos de los bonos verdes europeos deberán invertirse en actividades económicas que estén alineadas con la taxonomía de la UE para actividades sostenibles, siempre que los sectores en cuestión ya estén cubiertos por ella.
el reglamento contempla una bolsa de flexibilidad del 15% para ciertas actividades específicas que no se encuentran dentro de la taxonomía comunitaria de sostenibilidad
Para aquellos sectores que aún no están cubiertos por la taxonomía de la UE y para determinadas actividades muy específicas habrá una bolsa de flexibilidad del 15%. Esto tiene como objetivo garantizar la usabilidad del estándar europeo de bonos verdes desde el inicio de su existencia.
El uso y la necesidad de este bolsillo de flexibilidad se reevaluarán a medida que avance la transición de Europa hacia la neutralidad climática y con el creciente número de oportunidades de inversión verdes y atractivas que se espera que estén disponibles en los próximos años.
El anuncio de la nueva normativa ha coincidido con la emisión de un ‘bono verde’ por parte de FCC Medio Ambiente. El paquete asciende a 600 millones de euros con un plazo de seis años para refinanciar otro bono actual de deuda por ese mismo valor que vence el próximo 4 de diciembre. La demanda ha superado los 1.400 millones de euros entre los clientes potenciales y el precio de referencia estaba marcado en mid swap +190 puntos básicos, según ha informado Bloomberg.