‘Pesadilla en la cocina’ es uno de los realities culinarios de mayor fama de la televisión. Este éxito se debe en la mayor parte a su presentador, el conocidísimo chef Alberto Chicote, cuyos hilarantes enfados han sido objeto de memes desde el comienzo del programa.
‘Pesadilla en la cocina’ comenzó su andadura en La Sexta en octubre de 2012. Once años después, el popular show pretende abrirse camino en el streaming dando el salto a Netflix. Te contamos todos los datos sobre el estreno de Alberto Chicote en la célebre plataforma a continuación.
1El éxito de Chicote y su ‘Pesadilla en la cocina’ llegan a Netflix
Alberto Chicote es uno de los cocineros más reconocidos de España. Una materia prima de calidad, un profundo respeto por el producto y su original cocina de vanguardia han hecho de Chicote uno de los chefs con más éxito en todo el territorio nacional. A pesar de todo ese esfuerzo y dedicación por la gastronomía, su popularidad llegó a su punto más álgido tras su debut en la televisión.
Fue en el año 2012 cuando se produjo el estreno de un original programa que llamó la atención de un sinfín de espectadores. ‘Pesadilla en la cocina’ llegaba a La Sexta como la versión española del famoso reality británico ‘Kitchen Nightmares’ a cargo de Gordon Ramsay. Lo que más destacaba de este novedoso show fue, desde el principio, su presentador.
Así conocimos a un Alberto Chicote que rápidamente se convirtió en toda una revelación gracias a sus divertidos “cabreos” con el personal de los diferentes restaurantes a los que acudía, con el objetivo de reconvertirlos en negocios de gran calidad y éxito. Los minutos que sus inesperadas y exageradas reacciones han ocupado en los programas “de zapping” son innumerables, convirtiéndose en vídeos virales casi al instante.
Y es que el público esperaba impaciente ver cómo Chicote convertía un negocio de hostelería completamente desastroso en un restaurante digno de todas las Estrellas MICHELIN posibles. ‘Pesadilla en la cocina’ recorrería de esta forma gran parte del territorio nacional exponiendo diferentes casos en los que Chicote y su equipo aplicarían todos sus conocimientos para hacer de ellos un lugar completamente nuevo, cambiando desde la estética del restaurante hasta el más mínimo detalle de su carta.
Tras la friolera de once años emitiéndose en La Sexta (además de poder verse en ATRESplayer), el programa estrella de Chicote da su paso a Netflix. Así se anunció desde la cuenta de Twitter Novedades Netflix España (@netflixnovedad) el pasado 19 de octubre: “El chef Alberto Chicote ofrece su ayuda a restauradores en apuros de toda España para que mejoren sus desastrosas cocinas y se replanteen sus decisiones vitales”.
La exitosa plataforma reúne ya las ocho temporadas ya estrenadas del reality de cocina más famoso, poniéndolas a la disposición de sus suscriptores para que puedan revivir los mejores momentos del icónico programa. Seguro que si has sido testigo de las aventuras de Alberto Chicote en su afán por mejorar algunos de los restaurantes más catastróficos, recordarás muchos de los momentos en los que el chef perdió por completo la paciencia y nos dio algunos de los momentos más memorables de la historia de la televisión.
Uno de estos momentos podría ser en el que, justo al comenzar a probar el menú de un local, la pésima calidad de los alimentos hace que Chicote le reproche al cocinero su mala actitud diciéndole que “la parrillada no es la que está quemada, el que está quemado soy yo”.
Pero esta no fue la única vez en la que el famoso chef perdió los estribos por culpa del mal comportamiento de los empleados de los negocios que trataba de reflotar, como es el caso de Fermín Miranda, dueño del tablao flamenco Ele en Utrecht (Holanda), en una de las ocasiones en las que el programa salió de nuestras fronteras. Este podría ser uno de los programas más comentados y viralizados en toda la historia del formato. La culpable de este revuelo mediático fue una escena de lo más surrealista en la que Chicote, desesperado por la actitud de un Fermín que no paraba de cantar mientras hacía caso omiso a sus consejos, tiró la guitarra de éste al río. Todo se volvió aún más rocambolesco cuando Fermín, sin dudarlo ni un instante, se lanzó al canal para recuperar su querida guitarra.