Esta semana está siendo una de las más importantes de la temporada para ‘Amar es para siempre’. No sólo nos hemos encontrado con situaciones tan complejas como un asesinato sin resolver o un encarcelamiento injusto; en estos capítulos también han salido a la luz algunos de los secretos más importantes de la serie.
Algunos han tenido lugar en forma de carta, como la confesión que encontró Sofía de parte de su amiga Ángela, que decía que Ester había sido fruto de una violación. Otros de estos secretos han explotado de la peor forma posible, como el de la verdadera identidad de Lola, que era desvelada en el último capítulo de forma inesperada. Avanzamos lo que va a ocurrir esta tarde en ‘Amar es para siempre’.
2El gran secreto de Lola sale a la luz
En estos últimos episodios de ‘Amar es para siempre’ también hemos podido ver cómo a Marcelino se le presentaba una estupenda oportunidad laboral: va a tener su propio programa de cocina en televisión. Además, la guerra ha continuado entre Benigna y Peñalara con el objetivo de ocupar la presidencia de la Asociación de Comerciantes. Pero del odio al amor hay un paso, y la pareja acaba besándose.
Por otro lado, Sebas sospecha que Carlos oculta algo, y a pesar de los ruegos de Gala, ha seguido investigando. Finalmente ha terminado localizando al padre del joven y confirmando que miente.
Por su parte, Sofía e Isidro siguen tratando de resolver el gran misterio de la duodécima temporada de ‘Amar es para siempre’. Al fin, encuentran el coche de Iván con una sorpresa en el maletero: restos de sangre. Isidro cree que Ester pudo ser asesinada en otro sitio e Iván trasladó el cadáver hasta el local. Ambos amigos también están a punto de besarse en un momento dado, pero no se dejan caer en la tentación y continúan indagando. Así, descubren una agenda de Iván en el maletero y en ella figura el nombre de Ester.
Pero esta semana ha sido Elena quien ha hecho el gran descubrimiento que cambiará el curso de las tramas de ‘Amar es para siempre’. Tras encontrar una fotografía de su fallecido hijo Mario junto a Lola, se pone en contacto con el convento en el que adoptó a Malena. Al fin, le confirman el nombre de su madre biológica: María Dolores Gómez Sanabria.
Entonces decide tenderle una trampa a la costurera. La invita a su casa, a la cena que va a celebrar en recuerdo de Mario. En mitad de la cena, con la presencia de Román, Federico, Victoria y la propia Lola, revela la verdadera identidad de esta última: “Malena, la hija de Mario, es la hija de una perdida que abandonó a su hija nada más nacer… María Dolores Gómez Sanabria es la madre biológica de Malena”. Lola, impactada, acaba huyendo de casa de los Quevedo.