La farmacéutica Rovi, a la espera de resultados el próximo mes de noviembre, está sufriendo distintos altibajos en bolsa, como lo ocurrido a principios de semana en sus acciones que cayeron un 6%, la máxima caída experimentada por la empresa desde el pasado mes de mayo del presente año. Según algunos analistas bursátiles, las causas que justifican esta situación pueden estar vinculadas a las últimas noticias publicadas respecto a la incertidumbre en torno a las vacunas contra la COVID-19 de Moderna en Europa y por ende en España. Igualmente, Pfizer ha comunicado recientemente que prevé una caída en sus beneficios precisamente por los tratamientos relacionados con este tipo de coronavirus.
ROVID Y COVID
En la presentación de resultados de la compañía del primer semestre de 2023, desde Rovi aseguraban que la farmacéutica está asumiendo un nuevo escenario pospandemia. Lo que se piensa es que la COVID-19 sea finalmente una enfermedad estacional y la vacuna, en principio, se administre una vez al año. De hecho, este año en nuestro país se han contemplado a una serie de grupos poblacionales para administrar el suero en la campaña anual conjunta con la vacunación de la gripe.
«La incertidumbre asociada a la evolución de la enfermedad es muy alta por lo que no es posible evaluar, de forma precisa, el impacto que este nuevo escenario podría tener en el negocio de fabricación a terceros», aseguran desde Rovi.
El caso es que la farmacéutica, presidida por Juan López–Belmonte Encina, anunció que esperaba que los ingresos operativos para el ejercicio 2023 disminuyeran en la banda baja de la segunda decena (es decir, la decena entre 10% y 20%) con respecto a 2022, pero a su vez esperaba un crecimiento positivo de entre el 5% y el 10% frente a la cifra alcanzada en 2021.
De este modo, Rovi actualizó sus previsiones de ingresos operativos para el ejercicio 2023 desde una disminución en la banda baja de la segunda decena hasta una disminución en la banda alta de la primera decena, es decir, la decena entre 0% y 10%, con respecto a 2022.
La cuestión es que en 2021, la farmacéutica española se convirtió en una de las más relevantes para combatir el Sars-Cov-2, pues se alió con la biotecnológica Moderna para la fabricación de sus sueros contra el COVID-19. Sin embargo, el virus parece más o menos controlado debido a la inmunidad que la población ha alcanzado a través de las distintas vacunas así como por haber pasado la enfermedad. Y, por el momento, las variantes que están surgiendo, aunque suelen ser más contagiosas, no están mostrando ser más peligrosas.
Rovi se convirtió en una de las más relevantes para combatir el Sars-Cov-2 en 2021, al aliarse con la biotecnológica Moderna
MODERNA Y PFIZER
En este contexto, hay que tener en cuenta que tal y como informó MERCA2, la estadounidense Moderna está en conversaciones con Europa para llegar a un acuerdo de distribución de su vacuna de ARNm. A pesar de ello, desde Rovi aseguran que bajo los términos del acuerdo firmado con Moderna, en febrero de 2022, «continúa invirtiendo en incrementar sus capacidades de formulación, llenado aséptico, inspección, etiquetado y empaquetado en sus instalaciones y espera que dichas capacidades se encuentren totalmente instaladas a finales de 2024».
La incertidumbre respecto al futuro de la evolución de la COVID-19, está afectando a otras compañías que apostaron por el abordaje de esta patología. De hecho, a principios de semana la farmacéutica estadounidense Pfizer anunció que va a recortar su previsión de ingresos para todo el año en torno a un 13% y que ha iniciado un programa de recorte de gastos de 3.500 millones de dólares (3.318 millones de euros) que afectará a diversos puestos. La principal causa de esta decisión se debe a que las ventas de su vacuna contra la COVID-19, desarrollada junto a BioNTech, y el tratamiento Paxlovid, son inferiores a lo esperado, según la agencia ‘Reuters’.