Cualquier aficionado a los programas de reformas conoce a los famosos hermanos Scott. Estos gemelos canadienses ocupan gran parte de la programación de canales como Divinity o DKISS, pues hay que reconocer que ver cómo transforman una casa de principio a fin puede resultar muy adictivo. Lo dicen los datos, pues sus programas se emiten actualmente en más de 150 países con un enorme éxito de audiencia.
Tanto es así que Drew y Jonathan Scott han llegado a crear un auténtico imperio. No sólo son mundialmente reconocidos por reformar y vender casas, sino que también cuentan con su propia productora de televisión llamada The Scott Brothers, que se encarga de sus propios programas y de la realización de más de diez series. Te contamos más sobre los negocios de estos hermanos y lo que se esconde detrás de sus reformas.
1¿Qué hay detrás de las reformas de los hermanos Scott?
En estos programas podemos ver cómo los hermanos hacen auténticas maravillas con las casas que caen en sus manos. Jonathan es contratista profesional; se responsabiliza de las obras realizadas en cada hogar, siendo la máxima autoridad entre el resto de profesionales. Guiándose por sus indicaciones, su equipo personaliza cada reforma eliminando defectos de construcción y obteniendo resultados estéticos y de alta calidad.
Drew Scott, por su parte, es agente inmobiliario y decorador, siendo con ello la media naranja profesional de su hermano. En sus programas, es el encargado de encontrar la casa perfecta para los participantes, buscando siempre la mejor ubicación y el mejor precio para los mismos. Después vende su antigua casa sacándole el máximo partido económico.
Esto es a grandes rasgos, ya que estos gemelos cuentan con numerosos programas en los que las dinámicas varían. Por ejemplo, en ‘Los gemelos reforman dos veces: Edición celebrity’ (actualmente en DKISS), ambos hacen reformas sorpresas a amigos y conocidos de auténticas estrellas del espectáculo. Por este programa han pasado personalidades como Melissa McCarthy, Idina Menzel, Glenn Close, Drew Barrymore o el mismísimo Brad Pitt.
Cuando lo vemos en la pantalla, todo parece idílico. Jonathan y Drew siempre cumplen con las expectativas y los participantes siempre quedan encantados con el resultado. Pero, ¿es oro todo lo que reluce? ¿Es real todo lo que vemos en televisión? Algunos medios han querido ir más allá e investigar qué hay detrás de estas reformas.
Como decíamos, los hermanos Scott son muy famosos, y por eso no extraña que hayan salido a la luz voces que cuestionan su trabajo. Por un lado, hay quien critica que el propio Jonathan, contratista, no está presente durante toda la reforma, sino que sólo acude presencialmente a la reforma unas pocas veces contadas. Hay que recalcar que las obras de estos programas tienen una duración aproximada de un mes o mes y medio, y que el equipo de Jonathan Scott trabaja bajo sus indicaciones.
También se ha criticado con frecuencia que la reforma en cuestión no la paga la televisión, sino los propios participantes. Esto queda claro en los propios programas, donde se analiza el presupuesto que tienen los participantes para reformar la casa y la suma por la que desean vender o comprar una nueva, dependiendo de la dinámica del programa. En ningún momento se dice que sea la productora o la cadena de televisión la que vaya a invertir dinero en esto.
Por otro lado, también se critica que los muebles y accesorios que usan los hermanos para sus reformas sean de determinadas marcas, las cuales se nombran claramente durante los programas. Se trata de acuerdos publicitarios que los Scott mantienen con determinadas empresas, por los cuales usan sus productos en la decoración de los hogares. Además, cuentan con líneas de artículos de decoración propias.
Lo cierto es que, por el momento, no se conocen problemas con las reformas de los gemelos canadienses. Que se sepa, no se han dado denuncias ni protestas por parte de ningún participante del programa. Los resultados de sus obras parecen óptimos.
Eso sí, los hermanos no se han librado de ciertos inconvenientes en su camino al estrellato. Hace años Drew llegó a deber más de 100.000 dólares, antes de que él y su hermano fueran conocidos, mientras que Jonathan tuvo que declararse en bancarrota durante su época como mago tras sufrir un robo de todo su material. Al parecer, su proceso no ha sido tan fácil como podríamos creer.